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Joe Biden y Bernie Sanders, durante el debate. Reuters

El temor a la reelección de Donald Trump centra el debate demócrata de New Hampshire

Los precandidatos se lanzan constantes ataques cruzados en el que fue su primer encuentro desde el inicio de las primarias del partido con los caóticos caucus de Iowa

MERCEDES GALLEGO

Corresponsal. Nueva York

Sábado, 8 de febrero 2020, 07:31

Donald Trump no estaba presente en el escenario de New Hampshire en el que los siete principales candidatos demócratas sostuvieron ayer el último debate antes de que comience el martes la traca de primarias, pero su espectro les acompañó de principio a fin.

«Después ... de esta semana no creo que quede ninguna duda de que Donald Trump puede salir reelegido. Tenemos que ganar o estamos en serios aprietos», se atrevió a decir en voz alta Tom Steyer, un multimillonario que ha hecho de la lucha medioambiental el centro de su campaña.

Todos lo tenían claro. Los caucus de Iowa, el primer comicio de la eliminatoria demócrata, celebrados la semana pasada, han fracasado no solo en apuntar a un claro favorito, sino en demostrar una participación capaz de vencer a Trump en noviembre. «Creo que todos podíamos haber hecho un mejor trabajo sacando a votar a nuestros seguidores», amonestó el senador Bernie Sanders, el más votado de esas elecciones.

Con el presidente disfrutando de un 95% de popularidad en su propio partido y un 49% ente el público en general, la movilización de las bases demócratas es la única manera clara de ganarle. Sander y su revolución progresista, con gran apoyo entre los universitarios, prometen inyectar suficiente entusiasmo a esta campaña como para generar la participación necesaria, pero el aparato del partido ha difundido la idea de que un socialista no podrá sacudirse la propaganda en contra. Los moderadores pusieron a todos los candidatos en un brete al preguntarles si creen que EEUU pueda elegir por primera vez a un presidente socialista, pero sólo la senadora Klobuchar se atrevió a decir en voz alta lo que todos comentan a sus espaldas: Su miedo a que, de salir elegido candidato, el Partido Demócrata pierda en noviembre y tenga que soportar un segundo mandato de Trump.

Por eso el liderazgo de Sanders en Iowa y las encuestas de New Hampshire han lanzado a buena parte de los votantes en busca de un moderado que consideren capaz de ganar votos republicanos. Klobuchar compite por ese papel con Pete Buttigeg, el alcalde gay de South Bend que, según los resultado iniciales, habría ganado el mayor número de escaños en Iowa. Según las encuestas Bittigieg se habría beneficiado ya del empujón que da ser el candidato revelación de la temporada y estaría experimentando un fuerte aumento en la preferencia de voto de New Hampshire que, de acuerdo al Boston Globe, le pondría ligeramente por delante de Sanders.

Todos esperan, sin embargo, que a Buttigieg le frenen los afroamericanos en los estados del Sur, dado que el mayor borrón de su gestión al frente de South Bend es haber despedido al jefe de policía negro. Como le recordó ayer la moderadora del debate, sin que este supiera más que negarlo, las detenciones de afroamericanos aumentaron con su llegada.

El ex vicepresidente Joe Biden tenía que haber sido el heredero natural de ese centro en el partido con el que han logrado ganar todos los presidentes anteriores, pero el cuarto lugar que ha obtenido en Iowa. Previsiblemente, el martes volverá a llevarse otro batacazo similar.

De cumplirse esos sondeos, el resultado sería también un gran batacazo para la senadora Elizabeth Warren, que al representar al vecino estado de New Hapshire juega prácticamente en casa. Si vuelve a quedar tercera, como indican los sondeos, este será el fin de sus ambiciones presidenciales.

El mano a mano será entre Sanders y Buttigieg, como demostraron los ataques de este último a su rival. Solo que mientras Buttigieg sacó el guante para dar y repartir a su alrededor, Sanders utilizó toda su paciencia en no enfrentarse a nadie. «Biden es mi amigo y no he venido aquí para criticarle», respondió cuando intentaron darle carnaza para que luchase. Modales, insisten los más pesimistas, que no tendrá Trump con el demócrata «que tenga la mala suerte de obtener su liquidación», tuiteó su campaña en pleno debate.

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