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Un vídeo de la comisión del Capitolio muestra a Trump en su despacho. EFE
Los rivales de Trump ya hacen fila

Los rivales de Trump ya hacen fila

Antiguos aliados y cargos de su Administración estudian postularse como candidatos republicanos a la Casa Blanca y competir con el magnate en unas primarias

caroline conejero

Nueva York

Martes, 27 de diciembre 2022, 22:39

Lo que hace tan solo unos meses atrás parecía territorio exclusivo de Donald Trump, ha comenzado a abrirse rápidamente a medida que muchos notables en el Partido Republicano consideran lanzarse a una candidatura presidencial para 2024. Según el estatus político del magnate y su influencia ... en el partido se desvanecen, muchos de sus antiguos aliados y altos cargos exhortan a apoyar a un aspirante diferente a la Casa Blanca y evitar el riesgo de nuevas derrotas.

La veda se ha abierto y un buen número de potenciales rivales para la nominación presidencial republicana sopesan con sus familias en estas vacaciones navideñas los pros y contras de hacer una campaña nacional de alta competitividad de dieciocho meses de duración. Tras el deslucido comienzo de su propia campaña, que no ha generado la atención pública que él esperaba, Trump parece condenado cada vez más al olvido entre sus colegas, que le responsabilizan abiertamente de los fuertes reveses en las pasadas elecciones intermedias de otoño.

Una campaña de apariencia 'fantasma' cuya carencia de los elementos básicos como personal, oficinas, consejeros, donantes, e incluso logo y página web, hacen dudar de su seriedad e incluso de su viabilidad. Por si fuera poco, los escándalos y vínculos con extremistas, por no mencionar la cada vez más real posibilidad de que sea imputado por delitos de Estado, han convertido a Trump en material político prácticamente radioactivo.

El caudal de formidables problemas legales que se ciernen sobre él, desde su rol en el asalto al Capitolio a los documentos secretos hallados en su casa, abre la posibilidad de que el magnate deba invertir los próximos dos años fundamentalmente en su propia defensa, en vez de ganar electores para los republicanos. Por eso, el campo de ambiciones políticas se ha abierto velozmente.

Sus hipóteticos rivales destacados incluyen a exmiembros de la Administración de Trump, como su antigua embajadora ante la ONU y su jefe de espionaje. También hay que incluir a una serie de líderes con sus propias bases de poder político, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, de 44 años, a quien se considera el sucesor del trumpismo y encabeza las encuestas como favorito.

El exvicepresidente Mike Pence, de 63 años, lleva tiempo ofreciendo señales de querer encabezar una candidatura, pero parece haber frenado sus expectativas y ha dicho que tomará la decisión con su familia durante el receso navideño. Otros posibles contendientes son la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, de 50 años, o el saliente gobernador republicano de Maryland y feroz crítico de Trump, Larry Hogan, de 66 años, que ha señalado no sentirse bajo ninguna presión para tomar una decisión.

Por su parte, el anterior secretario de Estado, Mike Pompeo, de 58 años, ha anunciado ya abiertamente sus intenciones. Su equipo se ha comunicado con el personal de campaña desplegado en los primeros Estados donde los republicanos celebran primarias para estudiar la viabilidad de postularse. En caso de vislumbrar posibilidades de victoria, Pompeo formalizará su candidatura en el primer trimestre de 2023.

Consultas con donantes

El gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, ha establecido consultas también con sus donantes para determinar su capacidad de financiación de cara al maratoniano proceso de nominación presidencial. Según Hutchinson, la declaración prematura de Trump postulándose a la Casa Blanca el 15 de noviembre ha «acelerado los plazos de tiempo para todos».

La mayoría de los candidatos republicanos que se presenten tendrán que aclarar sus pasadas y presentes conexiones con Trump, en caso de que existan, y definir una nueva agenda para el partido, hasta ahora muy marcada por las directrices del magnate. Una tarea así sería particularmente ardua para el exvicepresidente Pence, cuya vida puso en peligro Trump durante el asalto al Capitolio del 6 de enero por su negativa a anular su derrota electoral en 2020 ante Joe Biden.

Hasta ese momento, Pence fue su hombre leal y jugó un papel importante en atraer a los evangélicos conservadores, claves de la base electoral de Trump. A medida que ha considerado presentarse a la Casa Blanca, su actitud hacia el magnate se ha vuelto más abiertamente hostil. En una entrevista reciente con ABC News, Pence llamó «imprudente» a Trump por algunas de sus iniciativas en el fatídico 6 de enero de 2021 y reconoció por primera vez públicamente el peligro en el que le puso a él, a su familia y a todos los miembros del Capitolio.

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