Mercedes Gallego
Corresponsal. Nueva York
Miércoles, 10 de julio 2024, 22:15
Como secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg es el pasado, Mark Rutte, el futuro. En esa proyección, Joe Biden es el pasado y Donald Trump el futuro. El cambio de liderazgo en la organización ocurrirá con certeza en octubre. Lo segundo es una hipótesis que se concretará el 5 de noviembre. Si es así, Rutte, conocido como 'el encantador de Trump' por haber sido capaz de reconducir al republicano en una tensa reunión de líderes cuando era primer ministro de Países Bajos, es la repuesta de la Alianza Atlántica a ambos paradigmas.
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Mientras los 32 líderes de la OTAN se hacían este miércoles una foto de familia en Washington, con el cartel del 75 aniversario de fondo, todos miraban de reojo a Biden en busca de signos de la edad. La realidad de una futura instantánea con Trump se hacía más plausible en la mente de los dignatarios. Buen momento para celebrar no solo el pomposo cumpleaños, sino el haber elegido para el futuro de la Alianza a un hombre que sabe lidiar con narcisistas. «Con Trump hay que sentarse a la mesa, hablarle y darle las gracias por su liderazgo», propone.
«A diferencia de la mayoría de los líderes europeos, Rutte no se asusta con Trump», le felicita Kurt Volker, exembajador de EE UU en la OTAN, que fuese enviado especial del republicano en Ucrania. «Tú no sabes cuál va a ser la política de Trump. Él tampoco».
Con esa incógnita en el aire, todo lo que se decidió este miércoles en la declaración final de la cumbre puede convertirse en papel mojado en apenas seis meses. Por eso Volodímir Zelenski arengó el martes por la noche a su audiencia, mayormente conservadora, del Instituto Ronald Reagan a ponerse las pilas y entregarle armas de largo alcance con las que poder atacar las bases aéreas dentro de Rusia, desde las que se bombardean hospitales infantiles en Ucrania. «Todos sabemos dónde están. Es hora de salir de las sombras y ponernos manos a la obra, en lugar de esperar a noviembre, o a cualquier otro mes, para defender la democracia contra Putin», conminó.
Jens Stoltenberg
Secretario general de la OTAN
Joe Biden se mostró enfático al señalar que un reto inmediato de la Alianza pasa por fortalecer la industria armamentística tras advertir que «Rusia está en pie de guerra» en lo que se refiere a la producción de defensa, municiones y vehículos. El presidente de EE UU destacó que «no podemos permitir que la Alianza se quede atrás. No podemos ser superados por nadie», en línea con la declaración oficial de la OTAN sobre la necesidad de ser más innovadora y producir armas,
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El anuncio de Biden de que enviará a Kiev nuevas baterías antiaéreas Patriot y de que en los próximos meses los aliados de la OTAN aportarán a Ucrania docenas de sistemas tácticos para su defensa aérea no fue suficiente. Zelenski sabe que la guerra hay que ganarla ahora, porque el «irremediable» camino que ha emprendido su país hacia la Alianza, según la cumbre, puede truncarse.
De cara a la galería, todo son parabienes. La OTAN ha demostrado ser «la organización de más éxito de la historia», presumió el secretario de Estado, Antony Blinken, al felicitar al saliente Stoltenberg por dejar una organización mucho más fuerte que la que se encontró en 2014. Con la adhesión de Finlandia y Suecia, son ya 32 aliados comprometidos con la defensa mutua, en comparación a los 12 que la fundaron, «y muchos otros quieren sumarse», confió el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, partidario de la expansión.
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Los expertos tienen sus dudas. Los académicos Mathieu Droin, Kelly A. Grieco y Happymon Jacob advierten en la revista 'Foreign Affairs' que expandir la Alianza en Asia alimentaría la narrativa de Pekín de una confrontación entre bloques. Con la representación de Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur en esta cumbre se agitan los fantasmas chinos, como se hiciera con los rusos durante el Gobierno de George W. Bush, cuando se buscó el acercamiento de Ucrania.
El futuro de una OTAN con menos papel de EE UU pasa por ser «mucho más europeo», opinó Emma Ashford en un debate del Stimson Center. «El próximo error de la OTAN podría ser añadir nuevas misiones al Indo-Pacífico, distrayéndose de su obligación esencial en Europa», advirtió William Ruger. Por lo que pueda resultar, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, resaltó ante la cumbre la decisión existente en la UE de construir «un pilar fuerte en seguridad y defensa» que haga a los Veintisiete menos dependientes de Estados Unidos.
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