Mercedes Gallego
Corresponsal en Nueva York (EE UU)
Sábado, 1 de junio 2019, 00:53
Viernes por la tarde. Todo el mundo deseando irse a casa en un fin de semana casi de verano. Al menos 17 personas no pudieron hacerlo. A las 4:24 de la tarde, un empleado municipal que llevaba «mucho tiempo» trabajando para los servicios públicos ... de Virginia Beach, entró disparando «indiscriminadamente» en la oficina y dejó a su alrededor una piscina de sangre llena de cadáveres, sin dar explicación alguna. Según el balance oficial, al menos 13 personas habrían fallecido, entre ellas en el asesino, y cuatro se encontraban heridas.
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El jefe de la Policía de Virginia Beach, James Cervera, dijo en una rueda de prensa que el presunto autor de los disparos, que trabajaba en el lugar, fue abatido. Cervera había informado en un primer momento de la muerte de 11 personas, además del atacante, pero después ascendió la cifra.
El último tiroteo masivo de EE UU no ocurrió en un colegio, un cine o un centro comercial, sino en un lugar de trabajo presuntamente protegido, al que la policía llegó con rapidez. Los primeros informes hablan de que el pistolero se enfrentó a tiros con el primer agente en llegar a la escena del tiroteo, un veterano sargento con más de diez años en el cuerpo. Sobrevivió porque llevaba un chaleco antibalas, no así el asesino. Según la policía, no hay ningún indicio de qué motivó la violenta masacre.
«¡Esto no es un simulacro!», contaron los testigos que oyeron gritar a un supervisor. Los primeros informes hablaban de que había sido recientemente despedido, pero esa versión fue descartada poco después. Lo que sí consta es que disparó contra sus propios compañeros, gente a la que conocía, sin apuntar a nadie concreto.
Su nombre seguía en la oscuridad y no solo porque los medios de comunicación estadounidenses empiezan a entender que los pistoleros buscan la gloria póstuma, sino porque las autoridades querían asegurarse de haber identificado correctamente el cuerpo y avisado a la familia. Lo último que nadie quería es que se enterase por televisión, explicó el jefe de policía: «Tenemos una larga investigación por delante», suspiró.
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El edificio 2 donde se produjo la masacre es parte de un complejo municipal dedicado a operaciones de servicios públicos como el agua o la electricidad, ubicado cerca de los Juzgados y el Ayuntamiento. Consternado, el alcalde Robert Dyer aseguró: «Este es el día más devastador en la historia de Virginia Beach». Se trata de una ciudad costera de casi medio millón de habitantes situada en uno de los estados más laxos del país en cuanto a posesión de armas.
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