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Carlos Benito
Viernes, 4 de octubre 2024, 20:39
Falta un mes para las elecciones presidenciales de Estados Unidos y sigue siendo muy aventurado realizar un pronóstico del resultado. Ha sido una campaña atípica, con la retirada de Joe Biden, la irrupción de Kamala Harris y los dos intentos de asesinato de Donald Trump, y los candidatos siguen técnicamente empatados, a merced de lo que suceda en los estados indecisos. Así que, en este tramo final, ha llegado la hora de poner toda la carne en el asador.
En el cuartel demócrata, la principal novedad es la incorporación de Barack Obama a la campaña de Harris. No es que hasta ahora el expresidente haya estado ausente: tras cierta reticencia inicial sobre la candidatura de la vicepresidenta, le ha mostrado un apoyo decidido, que tuvo un claro reflejo en su discurso de agosto ante la Convención Nacional Demócrata, y además ha ejercido de asesor informal y de infalible 'recaudador' de fondos para la campaña. Pero, a partir de ahora, su implicación será más directa: a partir del acto programado en Pittsburgh para el próximo jueves, está previsto que Obama sea una presencia activa en los mítines de varios estados cruciales. «Está haciendo todo lo que puede para conseguir la elección de la vicepresidenta», ha apuntado el asesor principal de Obama, Eric Schulz, que ha explicado el papel del expresidente en este decisivo esprint hacia el 5 de noviembre como un intento de «persuadir y movilizar a los estados en disputa».
«Aquí nadie puede dar nada por sentado», ha avisado Schulz. Todos los apoyos cuentan, y en los últimos días Harris ha recibido el de un peso pesado de la conciencia americana: el músico Bruce Springsteen ha escrito en Instagram que Donald Trump es «el candidato a presidente más peligroso» que le ha tocado conocer en toda su vida y que, en cambio, Kamala Harris «está comprometida con una visión de este país que respeta e incluye a todo el mundo, sin que importe tu clase, religión, raza, tu punto de vista político o tu identidad sexual». Se suma así a la nutrida nómina de famosos que respaldan a la candidata, en la que figuran Taylor Swift, Oprah Winfrey, Meryl Streep o Chris Rock.
Trump, por su parte, protagonizará mañana un acto electoral con una fortísima carga simbólica: volverá a Butler, la localidad de Pensilvania donde fue víctima de un atentado el pasado julio, y se dirigirá a sus seguidores en el mismo lugar donde resultó herido en la oreja, el recinto ferial. «Vuelvo a Butler porque creo que tengo la obligación de volver a Butler. Nunca acabamos lo que se suponía que íbamos a hacer. Lo dije aquel día, cuando me dispararon: 'Volveremos, vamos a volver'. Y estoy cumpliendo una promesa. Estoy cumpliendo, en realidad, una obligación», argumentó el candidato republicano hace unos días en una entrevista con NewsNation.
Se espera a 60.000 asistentes y, esta vez, los servicios de seguridad se han reforzado mucho más allá del dispositivo fallido de julio, en el que la investigación oficial ha detectado numerosas disfunciones. El magnate Elon Musk, propietario de Tesla y X, aseguró ayer a través de esta red social que estará presente en Butler para brindar su apoyo a Trump.
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