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Corresponsal. Nueva York
Jueves, 11 de marzo 2021, 18:57
Hubo que obligarlo, pero el juez Peter Cahill restituyó este jueves la acusación de asesinato en tercer grado para Derek Chauvin por la muerte de George Floyd. El magistrado se ha resistido con uñas y dientes a aceptar la acusación que anuló en otoño. El ... Tribual de Apelaciones había dado la razón a la fiscalía, pero no fue hasta este jueves, cuando se pronunció el Tribunal Supremo, que la aceptó renuentemente. «Ahora estoy obligado a hacerlo», se disculpó ante la defensa del policía.
Para entonces ya se habían elegido seis miembros del jurado, de entre los que solo hay una mujer negra. La acusación quería postergar el comienzo del proceso hasta que hubiera una decisión en firme sobre este cargo que permitirá dar más opciones al jurado, con objeto de evitar que el tecnicismo dañe la credibilidad futura del proceso, pero Cahill insistió en seguir adelante.
Con la acusación de asesinato en tercer grado el jurado tendrá una opción mucho más fácil de demostrar que la de asesinato en segundo grado, que requiere intencionalidad de causar la muerte o daño físico. Eso podía haberles hecho inclinarse por el otro cargo sobre la mesa, homicidio involuntario, que el juez podría zanjar con una multa de entre 200 y 30.000 dólares. La acusación restituida este jueves satisfacería a la familia de Floyd porque conlleva una pena mínima de 25 años de prisión y no requiere demostrar la intención de dañar o causar la muerte. Bastará con probar que Chauvin actuó de forma «depravada» y «sin respeto a la vida humana».
La pequeña gran victoria calmó los ánimos este jueves en la ciudad arrasada en mayo pasado por las mayores protestas raciales desde la muerte de Martin Luther King. Con los escaparates apuntalados y la Guardia Nacional en estado de alerta, miles de personas se preparaban para tomar las calles si la justicia cerraba la puerta. El seguimiento en vivo de la selección del jurado a través de internet ha inquietado ya a muchos, porque es fácil intuir el sesgo en algunos de los interrogados con señales tan sutiles que no permiten descualificarlos, a pesar de que sus identidades se mantienen en secreto.
El ejecutivo de una empresa tecnológica que intentaba librarse porque el juicio podría obligarle a posponer su boda, planeada por todo lo alto en Miami, es asiduo a los reality shows y su favorito es uno llamado «Cops» (Policías). Un estudiante de 19 años que dijo haber participado en manifestaciones y tener amigos que han sufrido enfrentamientos con la policía fue desestimado. Sin embargo, el primer hombre negro seleccionado emigró a EE UU a los 14 años y dijo estar de acuerdo con #BlackLivesMatter. «¿Por qué no iban a importar?», preguntó ofendido.
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