Melania Trump sorprende con una decidida defensa del derecho al aborto

El aborto no es ni la primera ni la segunda preocupación de los estadounidenses a la hora de votar, sino la octava, según una encuesta reciente del Pew Research Center. Mientras Donald Trump es el candidato a la Casa Blanca que más intención de voto reúne entre quienes están preocupados por la economía o la inmigración, Kamala Harris arrasa entre quienes ven la desaparición de este derecho como una preocupación fundamental.

Después de haber presumido por resolver «ese gran problema» al nombrar a los tres jueces del Tribunal Supremo que inclinaron la balanza anulando la jurisprudencia que convertía el aborto en ley para todo el país, Trump lo tenía difícil para superar esas reticencias entre los indecisos, a quienes necesita atraer para ganar las elecciones. Y ahí es donde Melania ha salido al rescate.

En un video promocional en blanco y negro, como la portada de su libro, la ex primera dama aparece altiva y desafiante para defender que «la libertad individual es un principio fundamental» que defiende. «Sin lugar a duda, no hay espacio para concesiones cuando se trata de este derecho fundamental que todas las mujeres poseen desde su nacimiento», afirma con música clásica de fondo al reivindicar el el eslogan de 'Mi cuerpo, mi decisión».

De lo que no hay duda es de que esta producción de estudio no es algo espontáneo. Prueba de que está coreografiada con la campaña de su marido, es que la víspera este escribió en su plataforma Truth Social que nunca apoyará un veto federal al aborto «bajo ninguna circunstancia», que es lo que persigue el movimiento evangélico. «De hecho, lo vetaría», advirtió en mayúsculas. Es una píldora amarga para quienes defienden la vida desde el momento de la concepción y acusan a los demócratas de cometer un crimen masivo al permitir que las mujeres puedan interrumpir su gestación libremente.

Más moderado

Desde que su campaña salió airosa de las primarias y entró en las generales, el expresidente ha ido moderando su postura, especialmente a raíz de que su rival Joe Biden pasara el testigo electoral demócrata a la vicepresidenta Kamala Harris, con la que ahora el líder republicano va codo a codo en las encuestas. Hace un mes desató la polémica al decir que consideraba la ley de Florida que veta el aborto después de las seis semanas de gestación «demasiado estricta», aunque luego lo enmendó diciendo que de todas formas votaría en contra del referendo que pretende modificar la Constitución del estado para proteger ese derecho. «Este es el día en el que Donald Trump pierde las elecciones», publicó indignado en Twitter el comentarista conservador Erick Erickson, quien desde entonces ha vuelto al redil del movimiento Make America Great Again (MAGA).

En todo caso, Trump parece haber calculado que la independencia de su esposa le daría una coartada, sin perder la fidelidad de quienes le apoyan en campaña y prefieren juzgarle por sus acciones que por sus palabras. Poner estas ideas en boca de su esposa es la jugada perfecta para que no se le puedan echar en cara.

En su libro, del cual el periódico británico The Guardian ha recibido una copia anticipada, la ex primera dama se muestra aún más específica y apasionada en la defensa de la libertad reproductiva de las mujeres, que dice haber defendido durante toda su vida adulta. «¿Por qué alguien más, aparte de la mujer, debería tener el poder de determinar lo que hace con su propio cuerpo?», ha escrito en su biografía, según el periódico. «El derecho fundamental de la libertad individual de una mujer sobre su propia vida le da la autoridad para poner fin a su embarazo si así lo desea», sentencia.