DAVID ALANDETE
Martes, 19 de septiembre 2023, 10:13
Justin Trudeau anunció en la noche del lunes que considera que el homicidio el pasado 18 de junio de un líder secesionista sij en la Columbia Británica podría haber sido ejecutado por órdenes del gobierno de la India, lo que supondría una grave violación de ... la soberanía de Canadá y de los derechos humanos.
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De hecho, Canadá expulsó a un diplomático indio antes de que el primer ministro Trudeau hiciera el anuncio en persona en el parlamento de su país, en Ottawa. El activista sij, Hardeep Singh Nijjar, fue un defensor de la independencia del territorio al norte del país al que los separatistas llaman Jalistán. Tenía nacionalidad canadiense.
«Durante las últimas semanas, las agencias de seguridad canadienses han estado investigando activamente alegaciones creíbles de un posible vínculo entre agentes del gobierno de India y el asesinato del ciudadano canadiense Hardeep Singh Nijjar», dijo Trudeau, ante la conmoción del parlamento. «Cualquier participación de un gobierno extranjero en el asesinato de un ciudadano canadiense en suelo canadiense es una violación inaceptable de nuestra soberanía», añadió.
Nijjar, de 45 años, era un conocido promotor del separatismo de la comunidad sij en India. Fue asesinado a tiros por dos enmascarados en un aparcamiento en la localidad de Surrey, en la Columbia Británica. Su muerte provocó protestas en julio en Canadá, EE.UU. y Reino Unido, en las cuales otros activistas acusaron al gobierno de Modi de estar tras el asesinato. El gobierno indio ha negado por medio de sus portavoces cualquier participación en el homicidio.
Trudeau informó asimismo a la Cámara de los Comunes canadiense de que abordó el incidente la semana pasada con el primer ministro indio, Narendra Modi, en la cumbre del G-20, celebrada en India. Según Trudeau, le dijo a Modi que cualquier implicación de su gobierno en el homicidio sería inaceptable, y pidió su cooperación en la investigación. Anoche volvió a tratar el asunto en la cumbre del G-7, antes de la Asamblea General de Naciones Unidas que tiene lugar en Nueva York esta semana.
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La Ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, dijo que el jefe de la inteligencia india en Canadá ha sido expulsado como consecuencia de esas sospechas. «Si se demuestra que esto es cierto, sería una grave violación de nuestra soberanía y de las reglas básicas de cómo los países se tratan entre sí», afirmó Joly, según Ap.
Canadá tiene una comunidad sij de más de 770,000 personas, el 2% de una población total de 38 millones. El sijismo es una religión monoteísta que se originó en el norte de la India en el siglo XV. Tanto dentro como fuera del país, numerosos activistas sij defienden la creación de una república del Jalistán. El gobierno y la mayoría de partidos políticos indios se oponen a ese y otros tipos de secesionismo, ilegalizado en el país.
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El ministro de Seguridad Pública de Canadá, Dominic LeBlanc, indicó que el consejero de seguridad nacional y el jefe del servicio de inteligencia del país han viajado a la India para reunirse con sus homólogos y obtener más información. Antes del anuncio, Trudeau había tratado el tema separadamente con el presidente de EE.UU., Joe Biden, y el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak.
El movimiento independentista sij alcanzó su punto máximo en la década de los 80 en el estado de Punjab, con repetidos ataques violentos de tipo insurgente y miles de muertes. En 1984, el ejército indio intervino en el Templo Dorado en Amritsar para vaciarlo de activistas, con numerosas víctimas civiles. Los guardaespaldas sijs de la primera ministra Indira Gandi la mataron después en represalia por esa operación.
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En uno de los actos más violentos de terrorismo aéreo antes del 11 de septiembre, un avión de Air India en ruta de Canadá a India fue derribado por una bomba sobre el Atlántico, matando a las 329 personas a bordo. Las investigaciones inconclusas apuntan a que el ataque fue llevado a cabo por extremistas sijs de Canadá.
El partido de Modi, el Bharatiya Janata Party, ha sido criticado por grupos de derechos humanos y la oposición en su país debido a un endurecimiento de su política nacionalista hindú y lo que consideran una creciente represión de los disidentes.
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En 2018, el periodista saudí Jamal Khashoggi fue asesinado en el consulado de su país en Estambul, Turquía, por compatriotas suyos. Su muerte generó condenas a nivel internacional por al papel y responsabilidad de los altos funcionarios saudíes en el homicidio.
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