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El ejército de Trump se desmorona

El ejército de Trump se desmorona

Pese al llamamiento del expresidente de través de las redes, solo unos cientos de seguidores salieron a protestar

Mercedes Gallego

Sábado, 8 de abril 2023, 17:17

Lo principal para que cualquier Ejército funcione son órdenes claras: «¿Y qué significa exactamente lo de '¡Protestad, protestad!'», se preguntaban los seguidores de Donald Trump en los chats, después de que su comandante en jefe colgase esa orden en la plataforma Truth Social. «No voy ... de gilipollas, pero uno pensaría que podía habernos dado instrucciones un poquito más explícitas si realmente quería que decenas de miles de personas hicieran algo efectivo para apoyarle, ¿no?», vacilaba uno en Telegram.

Tampoco ayudó que anunciasen con contundencia que su arresto se produciría el martes 21 de marzo, cuando sus propios abogados reconocieron no tener ninguna indicación de la fecha. Para cuando por fin llegó, este martes 4 de abril, muchos habían perdido el poco impulso que tenían y a otros les había invadido la paranoia. En las redes sociales y los chats que frecuentan sus seguidores, cada propuesta de alboroto era seguida por una teoría conspiratoria. ¿Sería una trampa? ¿Estarían allí los federales esperando para arrestarles?

Los negacionistas que aún creen que a Trump le robaron las elecciones también piensan que el asalto al Capitolio estuvo orquestado por anarquistas enmascarados de antifa, que les incitaron a la insurrección para que cayeran en manos de la policía. Más de mil han sido condenados y, según las cuentas de NPR, el 58% ha recibido penas de cárcel. Aún quedan otros tantos procesos judiciales abiertos. Les ganó la euforia del momento y creyeron que el poder de la masa les haría invulnerables. Sus propios vídeos y fotos colgados en las redes sociales han servido de pruebas contundentes ante los tribunales, sin que ni eso ni nada pueda convencer a los conspiracionistas de que fueron ellos mismos los autores de aquella rebelión, porque siempre encontrarán alguna teoría disparatada para evadir la realidad más incómoda.

«Creo que 'protestad' es un mal consejo por parte de Trump», le cuestionaba otro seguidor en las redes sociales. «A menos que estés dispuesto a hacer una verdadera insurrección, haciendo prisioneros (o algo peor) a todos los opresores, no tiene sentido aquí lo de 'protestad'».

Después del precio tan alto que han pagado los insurrectos del 6 de enero, a los más arduos seguidores que podían hacer de líderes de nuevas protestas no les han quedado ganas de más. «Yo ya me he jubilado», dijo en Twitter Alexander Ali, uno de los organizadores del mitin 'Stop the Steal' (Parad el Robo) que derivó en el asalto al Capitolio. El líder de ultraderecha que incluso pidió un golpe de estado en Brasil cuando Luiz Inácio Lula da Silva venció a Jair Bolsonaro en las urnas dijo esta vez haber hablado con el polémico locutor Alex Jones, condenado a penas multimillonarias por sus teorías conspiratorias. «Él tampoco va a protestar. Los dos tenemos ya suficiente luchando contra el Gobierno. Ningún multimillonario paga nuestras facturas».

Hubo algunos que vencieron el miedo y todas esas objeciones para acudir este pasado martes al parque de Collect Pond que la policía De Nueva York convirtió en corralito para que los manifestantes a favor y en contra de la imputación de Trump disfrutasen de su derecho a la libertad de expresión. Entre el par de cientos que defendían a Trump se encontraba Michelle Bramlett, que había arrastrado para esta empresa a su hija y el novio de esta. Durante el trayecto de dos horas desde Saugerties, al norte de Nueva York, hasta el Bajo Manhattan pactaron un plan de retirada que, de haberles hecho falta, no les hubiera llevado muy lejos. «Si la cosa se pone fea vamos a agarrarnos de las manos para no perdernos y caminar hacia el parque que está al otro lado de la calle (Foley Square)», explicó la mujer de 61 años. Admitía que esa mañana les había embargado «el miedo y los nervios», pero les movía la convicción de que «si le pueden hacer esto a un presidente, también a cualquiera de nosotros».

Como Jesucristo

El mensaje redentor del expresidente en plena Semana Santa ha calado especialmente con la derecha cristiana, entre la que siempre ha tenido un gran tirón por su lucha contra el aborto y su defensa impertérrita de Israel. Tras comprender que el ex presidente «se está sacrificando por nosotros», dijo en su podcast Anna Perez, la presentadora de 'WrongThinking', (Pensamiento Equivocado) ha concluido que aquellos dispuestos «a comerse una bala por Trump» hacen lo justo y necesario», explicó. «¿Y sabéis por qué? Porque el presidente Trump se está comiendo esa bala por nosotros. Está actuando como Jesucristo, literalmente está dispuesto a ir a la cárcel por nosotros».

Si Trump va a la cárcel será por falsificar contablemente el pago de 130.000 dólares que hizo en su nombre su abogado Michael Cohen a la actriz de porno Stormy Daniels para que mantuviera en silencio el presunto affaire que ambos sostuvieron en 2009, con el propósito de que no influyese en las elecciones presidenciales que iban a celebrarse una semana después. El pago no hubiera sido ilegal si Trump lo hubiera registrado como lo que era, pero en lugar de eso lo camufló como honorarios de su abogado, al que reembolsó con once cheques, uno por mes. Cada uno de ellos, con las consiguientes entradas en los libros que falsificó, suman 34 delitos graves por los que, de ser condenado, podría pagar desde una multa hasta 134 años de prisión.

«Todos cometemos errores», le disculpó otra seguidora, Juliet Germanotta. «Todos somos humanos». Y eso es lo más realista que piensan sus adeptos. Para la mayoría, la actriz miente sobre el affair, «como se ha demostrado en los tribunales al obligarla a pagar los costes judiciales de Trump». Lo que Daniels ha perdido es una demanda contra el expresidente, al que acusaba de estar detrás de una emboscada que sufrió en un aparcamiento. La realidad y la ficción, los miedos y los sueños, las leyendas y la mitología son los ingredientes de la realidad paralela en el mundo de Trump, que esta Semana Santa ha recibido una fuerte dosis de misticismo para impulsar su figura hasta la nominación del Partido Republicano.

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