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Donaldo Trump a su llegada este viernes a Florida. AFP
Donald Trump defiende un paso de alto riesgo

Donald Trump defiende un paso de alto riesgo

El presidente elogia un asesinato que ocultó al Congreso y a los aliados, mientras la preocupación por la represalia se extiende por Estados Unidos

Caroline Conejero

Nueva York

Viernes, 3 de enero 2020, 22:45

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en pleno proceso de 'impeachment' y lanzado a la carrera por la reelección el próximo noviembre, dio una temeraria vuelta de tuerca en la escalada de tensión con Irán al autorizar el ataque en el aeropuerto de Bagdad ... que causó la muerte del general Qasem Suleimani, arquitecto de la creciente influencia de Irán en la región.

Durante un discurso en su residencia de vacaciones de Mar-a-Lago, Trump celebró el fin del «reino del terror» del general iraní y aseguró que no busca un «cambio de régimen» en Teherán sino «evitar una guerra». Según el presidente, Suleimani estaba «planeando ataques siniestros e inminentes». «Lo cogimos con las manos en la masa y acabamos con él», zanjó en declaraciones recogidas por CNN.

En tono desafiante, había justificado ya desde primera hora el ataque en una avalancha de mensajes por Twitter en los que señaló que Suleimani debería haber sido aniquilado hace años. En uno de sus tuits incluyó la imagen de la bandera, algo que irritó a muchos norteamericanos. En su diatriba, el presidente llegó a sugerir que el Gobierno iraquí actuaba de forma desagradecida hacia EE UU tras la declaración del propio presidente de Irak hablando de flagrante violación de la soberanía nacional.

Al conocerse el asesinato de Suleimani, un estado de gran preocupación se extendió a través de EE UU, mientras los departamentos de Policía de Los Ángeles y Nueva York se declararon en alerta por las promesas de una dura venganza por parte de Teherán.

El secretario de Defensa, Mark Esper, consideró que «el juego ha cambiado» en Irak y que Washington llevará a cabo las acciones preventivas necesarias para impedir ataques contra bases militares norteamericanas. El Pentágono confirmó la muerte de Suleimani en una acción calificada de «defensiva» autorizada por el presidente y dirigida a salvar vidas. Un ataque unilateral y sin previo aviso, ni al Congreso ni a los aliados internacionales, que no sólo escala las tensiones entre Irán y EE UU sino que además sitúa las dinámicas de toda la región en un nuevo territorio sin cartografiar donde las consecuencias, incluida la afección a la lucha contra el Estado Islámico, son impredecibles.

Coste de vidas

El secretario de Estado, Mike Pompeo, trataba de mostrar calma y abundar en la justificación de la operación aérea que, dijo, se basó en una valoración de Inteligencia y salvó vidas estadounidenses. Insistió en que el riesgo de no hacer nada era enorme y elogió al presidente por mostrar gran contención hasta el viernes.

Trump anunció que se reuniría con los líderes del Congreso, que no fue consultado previamente sobre el ataque, después de que Nancy Pelosi exigió a la Administración información inmediata. En general, la reacción en el Legislativo respondió al choque partidista, con los demócratas condenando el asesinato de Suleimani y los republicanos defendiéndolo, incluido el senador Lindsey Graham que se jactó de haber sido informado de los planes mientras visitaba a Trump en su resort de golf de Florida hace unos días.

El ataque también creó turbulencias en el ámbito político internacional, en el que reina un alto grado de preocupación entre los líderes europeos que llamaron a desactivar la crisis. Pompeo, que no previno a los aliados del Viejo Continente, intentó mostrar un frente de apoyo mundial tras hablar con los cancilleres de Alemania, Reino Unido y China.

La Inteligencia de EE UU tuvo en la mira durante mucho tiempo a Suleimani aunque las administraciones de Bush y Obama nunca actuaron por temor a una guerra. El exdirector de la CIA Michael Morell señaló que la respuesta de Irán no será emocional sino racional, por lo que se puede esperar un coste de vidas de civiles estadounidenses a través del mundo y en la región. A su juicio, Teherán no lanzará ataques directos contra militares pero movilizará a sus subsidiarios en toda la región para atentar contra intereses americanos y civiles; en consecuencia, en algún momento alcanzarán a un oficial de alto rango.

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