mercedes gallego
Corresponsal. Nueva York
Martes, 8 de febrero 2022, 21:22
El presidente Joe Biden planea humanizar la detención de inmigrantes ilegales en Estados Unidos para evitar las terribles imágenes de estos hacinados en jaulas. Para eso ampliará el programa de brazaletes electrónicos que permite el arresto domiciliario bajo vigilancia digital.
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Más de 180.000 inmigrantes ... llevan ya ese tipo de brazaletes y otros aparatos electrónicos de rastreo personal, pero el Gobierno lo ampliará con un programa piloto que incluirá un toque de queda. Con ello pretende aligerar también la carga económica que suponen, ya que muchos de los centros de detención son privados y con ánimo de lucro. Esos serán los primeros en el ver bajar el volumen de detenidos.
Bajo el mandato de Donald Trump el sistema migratorio se atoró de tal manera por falta de personal y mayor volumen de burocracia que en estos momentos pueden pasar años hasta que se resuelva la situación legal de un detenido. Como la llegada de Biden al poder sólo sirvió para alentar aún más la inmigración, el problema no ha hecho más que empeorar. El Departamento de Seguridad Doméstica detuvo o deportó expeditamente a más de 200.000 personas en diciembre, cuando la temporada alta acaba de empezar.
Las bajas temperaturas de estas fechas facilitan el paso por el desierto y suelen traer un aumento del tráfico. Las autoridades esperan que el nuevo requisito de visados para venezolanos implementado en México la semana pasada permita disminuir el número de estos, ya que los venezolanos son actualmente el segundo grupo más numeroso que intenta llegar a Estados Unidos, después de los mexicanos. Más incluso que los procedentes de Honduras y Guatemala, donde el gobierno del Biden parece haber tenido más éxito a la hora de concentrar sus esfuerzos en lo que llama «las causas de la migración». Durante el mes de enero se han sumado también 2000 rusos y 300 ucranianos, nacionalidades poco representadas hasta ahora.
El presidente quiere cumplir con una de sus promesas de la campaña, atacar la proliferación de centros de detención privados, pero la perspectiva de una cómoda detención en casa indigna a los conservadores. Muchos creen que las duras condiciones existentes en los centros de detención, e incluso el temor a una separación familiar, sean medidas efectivas para disuadir a quienes persiguen el sueño americano en Estados Unidos.
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