Biden aprueba el gaseoducto ruso, pero pone a un exasesor a su cargo

Hace mucho que los expertos creen que la forma de ganar la nueva Guerra Fría con Rusia es cerrarle los mercados energéticos. El camino empieza en Europa, donde el presidente Joe Biden acaba de designar a Amos Hochstein, antiguo enviado especial del Departamento de Estado con Barack Obama para Asuntos Energéticos Internacionales para que implemente el tratado energético con Alemania que permitirá completar los gaseoductos de Nord Stream 2.

Se trata de una prioridad estratégica y financiera para el Kremlin porque permitirá a Rusia saltarse a Ucrania y entregar directamente el gas al corazón de Europa. Por eso Hochstein, uno de sus exasesores más duros con Rusia, se había manifestado en contra de lo que ahora tendrá que llevar a cabo. Si bien no ha hecho ningún comentario público, las fuentes cercanas que han consultado los medios de comunicación estadounidenses dicen estar muy sorprendidas de que haya aceptado un cargo que entra en conflicto con su reputación y la crisis existencial que enfrenta Ucrania, donde fue miembro del consejo de supervisión de la compañía Naftogaz en 2017 y trabajó en reformas contra la corrupción.

«Están intentando salvarle la cara a este tratado tan terrible escondiéndose detrás de su credibilidad», dijo una de las fuentes a Axios. Por otro lado, fuentes del Gobierno aseguraban que «es muy bueno tener alguien profundamente escéptico del proyecto y de las intenciones rusas, porque presionará para ejecutarlo con una estrategia efectiva que maneje la amenaza». El gaseoducto fue suspendido en diciembre de 2019, durante el mandato de Donald Trump, tras las sanciones aprobadas por el Congreso.