Donald Trump lo ha vuelto a hacer. El expresidente de EE UU ha conseguido sacar partido de otro negro episodio de su vida. Si el pasado agosto convertía su ficha policial en una inagotable y lucrativa fuente de merchandising (tazas, pegatinas, gorras...) bajo el lema 'Never surrender!' (¡Nunca te rindas!), ahora ha hecho de su atentado un nuevo icono. Basta con echar un vistazo a las imágenes de la convención republicana celebrada esta semana en Milwaukee donde se ve a numerosos simpatizantes con la oreja derecha -la misma que el tirador le alcanzó al magnate- cubierta con un vendaje en «señal de amor» hacia su líder. Es la última moda entre los conservadores.
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El expresidente apareció el lunes en la convención de su partido, un auténtico baño de masas tras el intento de asesinato, con la oreja derecha tapada por una pequeña venda. La última vez que se le había visto la tenía ensangrentada, después de que Thomas Mathhew Crooks, de 20 años, le rozara con una bala en un mitin en el Estado de Pensilvania. Los asistentes a la cumbre republicana de Milwaukee decidieron mostrar su solidaridad a Trump simulando su vendaje. Algunos utilizaron gasa y cinta adhesiva, otros un trozo de servilleta de papel... y hubo quien hasta escribió un mensaje sobre el falso esparadrapo: «Fight, fight, fight!». Justo lo que dijo el magnate antes de abandonar el escenario donde pudo morir tiroteado: «¡Lucha, lucha, lucha!».
Esa imagen, con el puño en alto y la oreja y la cara ensangrentadas, rodeado de escoltas y con la bandera de EE UU de fondo, se ha estampado en miles de camisetas. En pleno 'shock' por el atentado ya estaba a la venta en una de las grandes plataformas chinas de comercio online, que recibió en sólo tres horas más de 2.000 pedidos tanto de clientes del país asiático como del resto del mundo. En la red circulan ya diferentes versiones de la prenda, con frases lapidarias como 'El tiro me hace más fuerte', 'Nunca pararé, luchando por América' o 'Si vienes a por el rey, mejor no falles'. También se puede comprar tazas con un primer plano de la oreja llena teñida de rojo por menos de diez dólares (unos nueve euros al cambio).
El merchandising ha molestado a más de uno al considerar que frivoliza un asunto tan serio como un asesinato
Pero no hace falta irse tan lejos, ni navegar por la red para hacerse con un recuerdo de un atentado que hasta en la convención republicana ha dado para muchas bromas, respondidas por sonoras carcajadas de los asistentes a la cita. En Barcelona, por ejemplo, el pastelero Christian Escribá ha replicado la famosa oreja en chocolate. En blanco y en negro, para todos los gustos. La creación, a la venta por 4,50 euros en el establecimiento que lleva el apellido de su creador ha levantado ampollas por lo que para muchos consideran que es frivolizar un asunto tan serio como un intento de asesinato.
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