El asesinato de un adolescente estadounidense en Cisjordania golpea a Biden

«El dinero de nuestros impuestos está siendo utilizado para matar a nuestros jóvenes», denunció Edward Ahmed Mitchell, director adjunto del Consejo de Relaciones Islámicas Americanas (CAIRE, por sus siglas en inglés).

La propia ONU no ha sabido decir con certeza si los disparos en la cabeza que acabaron con la vida de Mohamed Ahmed Mohamed Khdour, de 17 años, procedían de colonos o de las fuerzas de defensa israelíes. El chico se encontraba sentado en el coche con un familiar a unos diez minutos a las afueras de Ramala, en un parque natural frecuentado habitualmente para recolectar setas y salvia.

El mes pasado otro palestino nacido en Louisiana, Tawfic Abdel Jababr, también de 17 años, recibió un disparo mortal en la cabeza, mientras que la semana pasada Samaher Esmail, una palestinaamericana de Gretna (Luisiana), fue arrastrada fuera de su cama en mitad de la noche por soldados israelíes que la detuvieron acusada de incitar la violencia en las redes sociales.

«Mi madre es la mujer más dulce del mundo, todo el mundo la conoce en nuestra comunidad», la defendió su hijo Suliman Hamed al programa Democracy Now. «Es profesora, madre de cuatro, tiene un negocio, y nos ha criado con buena valores morales. Expresa su opinión y a veces pide justicia. Yo la aplaudo por ello. No creo que sea motivo para que esté en prisión».

El Departamento de Justicia ha pedido explicaciones al Gobierno israelí, que dice estar investigándolo, lo que a juicio de Mitchell es «como pedir al abusador que se investigue a sí mismo».