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ivia ugalde
Domingo, 4 de abril 2021, 23:08
La inestabilidad ha vuelto a campar a sus anchas en las calles norirlandesas. Las protestas que desde hace una semana llevan repitiéndose en Ulster se tornaron especialmente virulentas la noche del sábado, cuando decenas de manifestantes lanzaron más de una treintena de cócteles ... molotov a la Policía durante una escaramuza a las afueras de Belfast. Los disturbios se concentraron en la localidad de Newtownabbey, si bien la víspera fueron las ciudades de Belfast y Londonderry el escenario de una batalla campal en la que 27 agentes resultaron heridos.
El rebrote de las tensiones obedece a una confluencia de factores, principalmente al malestar que reina en Irlanda del Norte por el futuro económico pos 'brexit' respecto al resto de Reino Unido. Leales y sindicalistas están enfurecidos por las barreras que han creado en el país los pactos comerciales puestos en marcha tras la salida británica de la UE, los cuales hacen peligrar los acuerdos de Viernes Santo que pusieron fin a décadas de conflicto entre el IRA y Londres.
La indignación por la incertidumbre económica se ha visto acrecentada además por un suceso puntual que ha exacerbado los ánimos de la población unionista. Se trata de la negativa de las autoridades a imputar a 24 políticos del histórico partido nacionalista Sinn Féin por acudir a un multitudinario funeral, el año pasado, del antiguo integrante del Ejército Republicano Irlandés (IRA) Bobby Strong, en plenas restricciones por la pandemia del coronavirus.
Todos los principales partidos unionistas han exigido la dimisión del jefe de Policía, Simon Byrne, alegando que ha perdido la confianza de su comunidad. Mientras, las protestas se han visto intensificadas este fin de semana, en especial el sábado, cuando un grupo de entre 20 y 30 exaltados protagonizaron un fuerte enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, que se prolongó desde las 19:30 horas hasta las 22:30, y durante el que arrojaron una treintena de cócteles molotov al despliegue policial.
El comandante del Área Norte de la Policía norirlandesa, Davy Beck, explicó este domingo que como resultado de estos lanzamientos tres vehículos policiales fueron incendiados. Una acción que describió como un «ataque orquestado» y que se saldó con la detención de un hombre de 47 años, según declaraciones recogidas por el 'Irish Times'.
El viernes, por su parte, los disturbios dejaron casi una treintena de agentes heridos en Belfast y Londonderry. «Una pequeña protesta local se convirtió rápidamente en un ataque a las fuerzas del orden», explicó el comandante del distrito de Belfast, superintendente en jefe Simon Walls, quien señaló que en algunos puntos había hasta 300 personas de todas las edades en las calles.
A la luz de lo ocurrido, la ministra principal de Irlanda del Norte, Arlene Foster, ha instado a los jóvenes a «no caer en el desorden». «Causar lesiones a los oficiales de Policía no mejorará las cosas», les advirtió, pese a reconocer su «frustración».
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