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Juan carlos barrena
Múnich
Domingo, 16 de febrero 2020, 23:09
La guerra civil en Libia sigue sin remitir un mes después de que los participantes en una cumbre internacional sobre ese país en Berlín acordasen medidas para forzar el fin de los combates, entre otras la suspensión total del envío de armas a las partes ... enfrentadas. «El embargo armamentístico es un chiste», dijo ayer, sin embargo, Stephanie Williams, representante de las Naciones Unidas, durante la Conferencia de Seguridad en Múnich.
En una reunión a la que asistieron ministros de Exteriores de una docena de países y altos representantes tres organizaciones internacionales, Williams denunció que los dos grupos que se combaten en el país norteafricano continúan recibiendo suministros de armas «por tierra, mar y aire» y apuntó con el dedo acusador a los Emiratos Árabes, Egipto, Rusia y Turquía como naciones que no respetan el embargo.
El jefe de la diplomacia alemana, Heiko Maas, señaló al término de la cita que la discusión a la que asistieron representantes de las cinco potencias con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, así como de Turquía, Italia y los EAU, entre otros, había sido «muy abierta». Maas explicó que los participantes habían acordado formar un comité internacional para Libia y debatieron la posible reactivación para controlar el embargo de armas de la misión 'Sophia' de la Unión Europea, una operación naval creada en 2015 para frenar la migración ilegal a través del Mediterráneo desde las costas libias. Los ministros de Exteriores de la UE tienen previsto discutir hoy ese tema en Bruselas.
Pese a la falta de resultados, el titular germano de Exteriores afirmó que el camino iniciado en la cumbre de Berlín es el único con posibilidades de éxito para acabar con el conflicto en Libia. «Sabemos que no será una tarea fácil», reconoció, sin embargo, Heiko Maas, que recordó que hace pocos días el Consejo de Seguridad de la ONU había respaldado los acuerdos de Berlín. «En Nueva York se ha logrado un enorme avance», dijo el político germano.
Desde la muerte del dictador Muamar Gadafi en 2011, Libia vive sumida en una guerra civil que registró una preocupante escalada en abril del pasado año. Desde entonces el poderoso general rebelde Jalifa Hafter combate desde Bengasi con el apoyo de los EAU, Egipto y Rusia al Gobierno internacionalmente reconocido de Fayez al Sarraj, al que respalda militarmente Turquía. Hafter controla entre tanto la mayor parte del país y amenaza con conquistar Trípoli, la capital del país.
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