Borrar
Cummings, el poderoso exgurú de Boris Johnson, le tumba en la lona AFP
Cummings, el poderoso exgurú de Boris Johnson, le tumba en la lona

Cummings, el poderoso exgurú de Boris Johnson, le tumba en la lona

El primer ministro británico denuncia a su íntimo colaborador por filtrar una noticia como venganza y recibe un gran sopapo verbal

Iñigo Gurruchaga

Londres

Viernes, 23 de abril 2021, 21:35

«Es triste ver al primer ministro y a su oficina caer tan por debajo de los estándares de competencia e integridad que merece el país». Esta sentencia no es de un político laborista o de un columnista enrabietado, sino de Dominic Cummings, el más ... influyente colaborador de Boris Johnson durante los primeros 16 meses de su mandato. Y es parte de una respuesta muy fuerte a una acusación del líder conservador.

Tres medios británicos afirmaban ayer en sus portadas que Downing Street culpaba a Cummings de filtrar a la BBC una noticia enojosa para Johnson en los últimos días. El primer ministro habría garantizado por WhatsApp a James Dyson, creador de una gran firma de productos industriales, que sus empleados no sufrirían inconvenientes fiscales si se trasladaban a Reino Unido para fabricar ventiladores que el Gobierno necesitaba en el inicio de la pandemia.

La noticia fue aprovechada por la oposición para pedirle explicaciones. Johnson se defendió con fuerza en el Parlamento esta semana. En un momento en el que la carencia de equipamientos adecuados alarmaba y causaba muertes, él había hecho todo lo que era necesario para lograr instrumentos médicos esenciales para las unidades de cuidados intensivos. Los ventiladores de Dyson fueron finalmente descartados por cuestiones técnicas.

La publicación en tres medios de la denuncia a Cummings como el autor de la filtración indica que los responsables de comunicación del primer ministro –con tal rotación de personal que es difícil saber quién ejercía este jueves– pasaron la información. Johnson y su entorno decidieron reavivar la polémica, o enterrarla sepultando además en el oprobio al culpable de iniciarla.

La respuesta de Cummings es sin embargo contundente y convincente. Johnson rebotaba sus intercambios en WhatsApp a su entonces mano derecha, para que conociese su contenido. Afirma que conserva mensajes entre Dyson y Johnson, pero ninguno relacionado con salvoconductos fiscales. Ofrece al secretario del Gabinete la inspección de su teléfono y le recomienda que requise también el de Johnson para comprobar cuándo le habría enviado a Cummings los polémicos textos.

El primer ministro es un adicto a los mensajes, una manera de gobernar que elude la presencia de un funcionario tomando notas del diálogo, que quedan registradas. Uno de sus predecesores, David Cameron, está envuelto en un creciente escándalo, por su intento de conseguir que ministros, altos funcionarios o responsables del banco central beneficiasen a la empresa para la que trabajaba, y que colapsó. Ha reconocido que fue un error enviar sus peticiones con textos desde el móvil.

Pero Cummings no se queda en el 'affair Dyson'. Acusa al primer ministro de intentar convencerle de que pidiese al secretario del Gabinete que cancelase una investigación sobre quién había filtrado a la prensa la decisión de un nuevo confinamiento en una reunión de Johnson con cuatro ministros. La filtración provocó aglomeraciones en pubs o tiendas para aprovechar las últimas horas y forzó al Gobierno a confirmar la decisión apresuradamente un sábado a hora tardía.

Teléfonos requisados

A dos ministros, el de Sanidad, Matt Hancock, y el del Gabinete, Michael Gove, se les requisaron sus teléfonos para comprobar si habían llamado a periodistas. El secretario del Gabinete habría llegado a la conclusión de que el filtrador fue un colaborador de Gove que ahora trabaja para Johnson. Pero el primer ministro le pidió a Cummings, también acusado en la prensa, que intentase parar la investigación, porque el culpable es íntimo amigo de su prometida, Carrie Symonds.

Un Gobierno de Johnson en el que nadie dice la verdad, según un secretario de Estado de Defensa cesado esta semana, y que ha promovido y otorgado contratos durante la pandemia a amigos, colaboradores o donantes al partido, se enfrenta ahora al huracán provocado por Cummings. Que añade también que advirtió a Johnson que era falto de ética y quizás ilegal sufragar la decoración del apartamento que comparte con Symonds con donaciones privadas, como finalmente hizo.

Cummings pide al Parlamento que haga una investigación sobre la conducta del Gobierno durante la pandemia con los testigos compareciendo bajo juramento. Cree que es quizás la manera de atrapar a un primer ministro, ahora triunfante por el éxito de la vacunación, pero que miente con asiduidad y parece haber cometido ahora el grave error de acusar públicamente a alguien de una felonía sin tener los datos para demostrarlo.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta Cummings, el poderoso exgurú de Boris Johnson, le tumba en la lona