iñigo gurruchaga
Londres
Domingo, 2 de mayo 2021, 20:29
El nacimiento legal de Irlanda del Norte no fue celebrado en las calles y no habrá tampoco conmemoraciones de su centenario este 3 de mayo. Ni el Ejecutivo autonómico ni los dos partidos unionistas tienen planeados actos especiales, pero la fecha es una marca ... en una región en la que la disputa sobre su historia está a menudo presente en la política y también en la vida cotidiana.
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Las restricciones por la pandemia de covid-19 han obligado a aplazar o reducir eventos, pero se prevé en junio, en el Ayuntamiento de Belfast, un acto conmemorativo de la creación del Parlamento, que dio sus primeros pasos en la sede municipal. La Orden de Orange, exclusiva para hombres protestantes, planea un gran desfile en Stormont como cumbre de las múltiples actividades de sus logias.
Aunque el Gobierno de Dublín está promoviendo un diálogo con el unionismo probritánico bajo el emblema de «una isla compartida» y voces unionistas han alentado a la participación de todos en el programa- que incluye debates académicos o la plantación de árboles en colegios- , los dos partidos de tradición católica y nacionalista rechazaron participar en el foro creado para consensuar los eventos.
El 3 de mayo de 1921 entró en vigor la Ley del Gobierno de Irlanda, aprobada el diciembre anterior por el Parlamento de Londres. Creaba un dominio en toda la isla, al estilo del autogobierno extendido en excolonias que finamente se agruparon como Canadá o Australia. Un gobernador general representaría el poder de la Corona y supervisaría a los dos parlamentos, uno en Dublín y otro en Belfast.
Era una separación no querida por nadie. Los unionistas deseaban mantener a la isla como parte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda -bautizado así con un solo parlamento en 1800- y los nacionalistas, el mayor grado posible de independencia también para toda la isla. Fallos de la política, la estela de la gran guerra, insurgencias y represiones en las dos primeras décadas del siglo XX forzaron la separación.
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La ley de 1921 entró en vigor cuando se disputaba la Guerra de la Independencia Irlandesa. El Tratado Anglo-Irlandés que terminó con ella obligó a derogar casi todos los artículos que se referían al sur, porque el nuevo Libre Estado Irlandés con capital en Dublín tendría más poderes que los contemplados meses antes. En 1937 se constituyó en república.
La separación reflejó las diferencias entre el nordeste y el resto de Irlanda. Era una región mucho más rica que las economías agrarias de un clima oceánico. Los astilleros de Belfast se contaban entre los más avanzados del mundo y sus conexiones con los puertos de Liverpool o Glasgow la orientaban hacia el este, no hacia el sur. Los protestantes eran mayoría.
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La referida ley creó un Consejo de Irlanda, para que los dos Gobiernos avanzasen quizás hacia la unidad. Pero en el sur se asentó una república agraria, católica y socialmente conservadora y en Irlanda del Norte gobernó un mismo partido, el Unionista del Ulster, durante cinco décadas, beneficiado por el trazado de la frontera y de la manipulación de circunscripciones para perpetuar su mayoría.
El Parlamento fue disuelto en 1972 por un Gobierno conservador que quería acaparar todas las responsabilidades de la gestión tras la quiebra del orden público. En 1998, la mayoría unionista fue arrastrada a regañadientes por un Ejecutivo laborista hacia el Acuerdo de Viernes Santo. Y, en el año del centenario, el 'brexit' de Boris Johnson ha creado controles fronterizos entre Gran Bretaña e Irlanda.
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Boris Johnson prometió que nunca habría tal frontera. En un programa especial de la BBC sobre el centenario, la describió como «protuberancias innecesarias y barreras que han crecido» y añadió que «estamos quitando los percebes y lijándolas para que tengan la forma adecuada». Se refería, quizás, al diálogo con la Unión Europea para reducir los problemas económicos y políticos creados en la provincia por su acuerdo.
El centenario llega en un momento de confusión para el unionismo y de aparente estancamiento de la estrategia del Sinn Féin- único partido organizado en toda la isla- para lograr la reunificación de Irlanda. Una gran encuesta de la BBC registró en abril que el 55% de la población de Irlanda del Norte cree que en 10 años seguirá siendo parte de Reino Unido. Un 51% cree que la situación será igual en 25 años.
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