Borrar
Las diez noticias imprescindibles de Burgos este lunes 20 de enero
Operario de la empresa alemana Rheinmetall, una de las pocas europeas que fabrica proyectiles de artillería. EFE
Cómo ha cambiado el mundo en 1001 días de guerra en Ucrania
Newsletter 'El mundo explicado'

Cómo ha cambiado el mundo en 1001 días de guerra en Ucrania

La invasión de Ucrania ha dejado al descubierto las vulnerabilidades de Europa y refuerza a China como un líder que, con Trump, puede avanzar hacia la hegemonía

Miércoles, 20 de noviembre 2024, 10:58

El 24 de febrero de 2022, ocho años después de haber ocupado la península de Crimea, Rusia puso en marcha la invasión total de Ucrania en una 'operación militar especial' que tenía como objetivo tomar la capital, Kiev, y derrocar al gobierno -nazi, dicen- de Volodímir Zelenski. Ahora sabemos que ninguno de los gobiernos occidentales dio un duro por él. La mayoría estaba convencido, al igual que Vladímir Putin, de que Rusia lograría su objetivo en una semana. Día arriba, día abajo.

De hecho, el apoyo occidental se limitó en un principio a las tradicionales frases condenatorias. El tradicional 'very concerned'. El asunto solo cambió cuando se hizo patente que los ucranianos estaban dando batalla, incluso con el obsoleto armamento soviético de sus arsenales, y que no iban a caer fácil. Desde entonces, la contienda ha pasado por multitud de fases: la expulsión de los rusos en el norte, la liberación de Jersón, las derrotas en Mariúpol y Bajmut, la anexión del Donbás a Rusia…

La OTAN y sus aliados han ido cruzando, siempre demasiado tarde, líneas rojas autoimpuestas en su apoyo a Ucrania con el envío de misiles, tanques, cazas y, ahora, con el beneplácito de Washington para lanzar los ATACMS contra objetivos dentro de Rusia. Aunque es una autorización con restricciones que tendrá un impacto limitado, se trata de un paso político sustancial que ya ha provocado la enésima pataleta de Putin, que ha vuelto a blandir la carta de las armas nucleares, pasando por alto que su uso podría suponer el fin de Rusia.

Un artillero ucraniano en su puesto de trabajo. Reuters

En cualquier caso, la autorización parece el último cartucho que Joe Biden le ofrece a Zelenski antes de que Donald Trump le sustituya en la Casa Blanca y marque un punto de inflexión en la postura de Estados Unidos. El presidente demócrata quiere dejar a Kiev en una postura de mayor fuerza ante la negociación que incluso Zelenski vaticina. No en vano, este ha afirmado que con Trump «la guerra acabará antes», e incluso ha puesto el año que viene como horizonte temporal para ese hito.

Nadie pueve prever cómo se alcanzará esa paz, pero sí es posible analizar ya cómo esta guerra empantanada ha profundizado la división de un mundo encaminado hacia la bipolaridad, cada vez más enquistado en una nueva mentalidad de Guerra Fría, y cómo ha dejado al desnudo las crecientes vulnerabilidades de Europa. La llamada hace unos días del canciller alemán Olaf Scholz a Putin, pidiéndole que se siente a negociar, subraya esas últimas y abre, en opinión de Zelenski, «la caja de Pandora».

Por eso, hoy que se cumplen 1001 días de la invasión nos centramos en hacer una breve radiografía de cómo ha cambiado la geopolítica, desde el plano político hasta el económico.

Estos son los temas que abordaremos.

  • Europa, desnuda e inválida.

  • Una oportunidad de oro para China.

  • De Chancay a Shanghái.

Newsletter

  1. Imagen principal - Europa, desnuda e inválida
    El continente más viejo

    Europa, desnuda e inválida

La invasión rusa de Ucrania ha dejado las vergüenzas de Occidente al aire. Sobre todo las de Europa. Por ejemplo, ha evidenciado que Alemania no era tan fuerte como se creía, que tenía una enfermiza dependencia del gas ruso para resultar competitiva y que tomó una decisión errónea cuando decidió cerrar sus centrales nucleares sin tener asegurada cierta autonomía energética.

Estados Unidos ha cubierto las necesidades gasísticas del continente, evitando así la amenaza de que se congele, pero a un precio astronómico. Esta coyuntura ha descubierto también lo vulnerable que es Europa a la inflación, y cómo el malestar que provoca se traslada a los extremos del espectro político -algo que también ha influido en las últimas elecciones de Estados Unidos-. Por otro lado, ha quedado claro que las sanciones que ha impuesto no han tenido tanto impacto como se esperaba en Rusia, que ha encontrado socios alternativos para contrarrestar su efecto y seguir a flote.

Apoyo económico a Ucrania en miles de millones de euros. IFW Kiel

Además, a pesar de que sus líderes se esfuerzan por escenificar una unión sólida, la contienda ha demostrado la dificultad de la UE para hacer piña debido a grietas como las que abre Hungría -sería una locura buscar consensos con Moldavia, Georgia y Turquía en su seno- y su incapacidad para responder contundentemente a una afrenta como la de Putin. Nuestro miedo a Rusia -se puede debatir sobre si es fundado o no- ha obligado a Ucrania a luchar con una mano atada a la espalda y a pagar el elevado precio humano y económico que eso conlleva. Lógicamente, ahora la moral de sus tropas está por los suelos: muchos soldados sienten que tiene poco sentido arriesgar la vida por un territorio que seguramente van a acabar cediendo al enemigo.

Un tercio de Ucrania quedará gravemente dañado y decenas de miles de soldados acabarán tullidos. AFP

Es lógico preguntarse si la respuesta de Europa habría sido diferente en el caso de que la agredida hubiese sido Polonia. Pero el miedo a que Trump retire el apoyo a Ucrania, y cómo Occidente ya se prepara para sus consecuencias, hace temer que la capacidad defensiva del bloque sea demasiado escasa. Sin el aliado americano, el peso militar europeo -por no mencionar su escasa capacidad de manufactura armamentística- puede ser insuficiente para defender a la UE de un ataque directo. Y eso teniendo en cuenta que la invasión también ha evidenciado que Rusia es mucho menos poderosa de lo que parecía sobre el papel.

Ayuda de los principales donantes a Ucrania. En rojo, la de índole militar. IFW Kiel

Si Estados Unidos se retira de la OTAN con Trump, ¿cuáles serían nuestras posibilidades de éxito contra un rival más poderoso, como China? Afortunadamente, este es todavía un escenario de política ficción, aunque ayer un buque chino fue perseguido por la marina danesa porque lo considera sospechoso de haber roto dos cables submarinos de comunicaciones que enlazaban Escandinavia con otros países europeos a través del Mar Báltico, algo que Alemania considera un sabotaje propio de guerra híbrida.

En cualquier caso, pone los pelos de punta que Europa no esté preparada en ningún sentido para hacer frente a otra guerra: aparentemente, carece de la cohesión política y social, de las capacidades militares y del poderío económico necesarios. Una derrota de Ucrania, por mucho que se trate de disfrazar de otra cosa, será una clara derrota de Occidente.

  1. Imagen principal - Una oportunidad de oro para China
    Mentalidad de Guerra Fría

    Una oportunidad de oro para China

En muchos casos, la invasión de Ucrania ha obligado a los países a decantarse claramente por uno de los dos bloques en los que se divide la esfera geopolítica global. Por un lado, el occidental; por el otro, el de los países en vías de desarrollo liderados por China. El primero ondea la enseña de las democracias liberales, mientras que el segundo, de corte más autoritario, se centra en asuntos prácticos relacionados con la economía. Mientras el primero se ha posicionado con Kiev, el segundo está escorado hacia Moscú, como quedó patente con la celebración en suelo ruso de la última reunión de los BRICS.

China ha decidido no tomar partido de forma contundente en la guerra -aunque ha ofrecido a Putin sistemas financieros alternativos y ha incrementado sustancialmente sus compras a Rusia, adquiriendo hidrocarburos a precio de ganga-, Irán ha dado un paso más y suministra armamento a Moscú, y Corea del Norte ha protagonizado la mayor sorpresa con el envío de tropas para combatir a Ucrania. Es evidente que, si la invasión concluye con la cesión de territorio a Rusia, el bloque autoritario se verá reforzado.

Y si a esto se suma el aislacionismo por el que parece que va a apostar Trump, el bloque occidental puede resquebrajarse. Porque es evidente que, si bien muchos dirigentes europeos no están en absoluto de acuerdo con sus políticas, tampoco van a lograr la unidad que pide Emmanuel Macron para hacerle frente.

¿Abriría esta situación la puerta a un mundo más multipolar? ¿Otorgará mayor autonomía a los países que prefieren centrarse en alianzas regionales fuera de ese entorno ideológico bipolar? ¿Supondrá el repliegue con Trump un espaldarazo para el impulso de China hacia la hegemonía global? Puede que la respuesta a todas esas preguntas sea afirmativa.

  1. Imagen principal - De Chancay a Shanghái
    China pisa fuerte en Latinoamérica

    De Chancay a Shanghái

Joe Biden se ha despedido de su homólogo chino, Xi Jinping, en Perú. Y no debería resultar sorprendente que Xi haya sido recibido en el país andino con mucho más entusiasmo que Biden. Mientras el americano ha ido con las manos vacías, la bienvenida del chino ha estado marcada por un momento clave que ha pasado desapercibido en Europa: la inauguración del puerto de Chancay, la instalación de aguas profundas más grande de la costa oeste de Sudamérica. «Queremos ser el Singapur de América», ha afirmado el ministro de Transportes peruano, Raul Pérez.

Imagen del nuevo puerto de Chancay. Reuters

El puerto ha costado 3.000 millones de dólares y servirá para acortar a la mitad el tránsito de mercancía entre Latinoamérica y China, que es la que ha financiado el proyecto y la que lo controlará, porque Cosco tiene en sus manos el 60%. Es un buen ejemplo de cómo funciona el ambicioso proyecto de la Franja y la Ruta de Xi, con el que pretende vertebrar el sur global al grito de '¡prosperidad compartida!' y a través de todo tipo de infraestructuras y de una mayor integración económica y comercial.

Una veintena de estados de esta región que Washington ha considerado tradicionalmente su 'patio trasero' ya se han subido a este tren de la nueva Ruta de la Seda, e incluso quienes reniegan del plan, como Javier Milei, son reticentes a cortar los lazos ya existentes con el gigante asiático. Una presencia menor de Estados Unidos en el mundo es una oportunidad de oro para que China ocupe su lugar, ya que Europa ni está ni se la espera.

Es todo por hoy. Espero haberte explicado bien algo de lo que está ocurriendo en el mundo. Si estás suscrito, recibirás esta newsletter todos los miércoles en tu correo electrónico. Y, si te gusta, será de mucha ayuda que la compartas y la recomiendes.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta Cómo ha cambiado el mundo en 1001 días de guerra en Ucrania