Café en Roma con Macron

Meloni tiene ante sí una agenda urgente de asuntos enfocados a sacar al país de la crisis, más todavía después del impasse político posterior al abrupto final del anterior gabinete. «Empecemos. Con mucha emoción pero también con la conciencia de los difíciles retos que nos esperan», exhortó la primera ministra a sus delfines, a quienes reclamó que trabajen con aplicación y sin fisuras. «Debemos estar unidos. Hay emergencias que el país debe enfrentar y para eso necesitamos espíritu de equipo», dijo durante el consejo. A su final, el ministro de Administraciones Públicas, Paolo Zangrillo, confirmó que la primera ministra les había exigido «sentido de responsabilidad, honor y sobre todo lealtad», convencida de que así «los resultados llegarán».

Una de las primeras ocupaciones de la líder de Hermanos de Italia fue responder a los mensajes recibidos por parte de otros jefes de Gobierno y de instituciones como la UE, donde hay preocupación por el derrotero que tomará uno de lo países fundacionales de la Unión con una dirección de ultraderecha. Al respecto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que había mantenido una «buena conversación» con Meloni, quien le garanizó que «trabajaremos juntas para encarar los desafíos críticos de nuestro tiempo, desde Ucrania hasta la energía». La dirigente italiana también se dirigió a la Alianza Atlántica con un mensaje diáfano: «Lista para trabajar con la OTAN», que definió como «un baluarte de valores comunes que nunca dejaremos de defender».