Biden saluda a Putin durante un encuentro entre ambos mandatarios. REUTERS

Biden califica a Putin de «asesino»

El presidente estadounidense asegura que Moscú pagará por su interferencia en las últimas elecciones | Rusia se prepara para una posible ruptura de relaciones diplomáticas con Washington

mercedes gallego y rafael m. mañueco

Corresponsal. Nueva York | Corresponsal. Moscú

Miércoles, 17 de marzo 2021, 20:32

Desde que Joe Biden ganase las elecciones en noviembre pasado, el embajador ruso Anatoly Antonov sabía que no sería invitado al Despacho Oval, como su antecesor Sergey Kislyak, que acompañó al ministro de exteriores ruso Sergei Lavrov en una amistosa visita, salpicada de bromas, que ... solo pudo fotografiar la agencia rusa Tass. Pero de ahí a ser llamado a consultas por Moscú para evitar «una degradación irreversible» hay dos meses de gobierno y varios informes de inteligencia.

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El último vio la luz el martes, cuando las agencias estadounidenses concluyeron que el propio Putin autorizó a sus piratas a ayudar a la reelección de Donald Trump, aunque no hay constancia de que ningún actor extranjero lograse alterar el resultado. Irán y Cuba también lo intentaron, mientras que China y Venezuela solo se lo plantearon. «¿Qué precio debe pagar Putin por ello?», preguntó a Biden George Stephanopolos en la entrevista que le hizo el martes por la noche.

Es posible que el presidente ruso haya llamado a Antonov para que le aclare lo que Biden no quiso responder al presentador de Good Morning America. Este miércoles mismo el Departamento de Comercio daba otra vuelta de tuerca a las sanciones contra Rusia que limitan la venta de agentes químicos, por considerar que el gobierno ruso violó los acuerdos internacionales al envenenar al opositor Aleksey Nalvany.

«¿Es Putin un asesino?», le preguntó Stephanopolos. Biden no tuvo más remedio que asumir la acusación con una dubitativa expresión que lo hacía consciente de la gravedad de la misma. Admitió también haber mirado a los ojos de Putin durante una reunión que mantuvieron en su despacho en 2011 en busca de ese alma que George W. Bush dijo haber visto en él cuando se reunieron en 2001, pero no la encontró.

«Te estoy mirando a los ojos y creo que no tienes alma», contó Biden a la revista New Yorker hace casi siete años. «Me miró de vuelta, sonrió y me dijo: Nos entendemos el uno al otro». Biden aseguró al presentador de ABC que entonces no pretendía «hacerse el listillo», sino que estaba a solas en su oficina y caminaba sobre los pasos de Bush.

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Esos dos viejos conocidos están de vuelta uno frente al otro para saldar la partida. Una de las primeras llamadas a líderes extranjeros del nuevo presidente fue para decirle a Putin que había llegado dispuesto a cobrarle las deudas que Trump había dejado correr. Desde la injerencia electoral que arrebatase la victoria a Hillary Clinton en 2016, hasta las recompensas que Moscú ha pagado a los talibanes por matar a soldados estadounidenses, o más recientemente el ciberataque a 18.000 oficinas de gobierno saboteando el software de SolarWinds. «Ha hecho cosas muy traviesas, como mínimo, y vamos a tener que … Bueno, no voy a anunciar lo que hacemos, pero tiene que entender que …» Ahí lo dejó, para que Antonov se lo explique a Putin, o este lo descubra por sí mismo.

Ruptura de relaciones diplomáticas

La aceptación del presidente estadounidense, Joe Biden, de que su homólogo ruso, Vladímir Putin, es «un asesino» ha caído en Moscú como una auténtica bomba. El primero en reaccionar ha sido el presidente de la Duma (Cámara Baja del Parlamento), Viacheslav Volodin, que calificó de «insulto a todos los ciudadanos de Rusia» las palabras Biden. Según sus palabras, «es histeria ante la impotencia. Putin es nuestro presidente y un ataque contra él es un ataque contra nuestro país».

Poco después, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, anunció a través de un comunicado que el embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov, ha sido llamado a Moscú para celebrar consultas encaminadas a analizar cómo actuar y hacia dónde movernos en el actual contexto de las relaciones con Estados Unidos«.

Según Zajárova, «la nueva Administración norteamericana lleva casi dos meses en el poder y el jalón simbólico de los 100 días no está ya lejos. Es un buen pretexto para intentar evaluar en que avanza y en que no el nuevo equipo de Biden». «Para nosotros lo principal es determinar cuáles pueden ser los procedimientos para corregir el actual estado de relaciones, que se encuentran en un estado lamentable después de que Washington las condujera en los últimos años a un callejón sin salida», añadió en su nota.

Zajárova sostiene que en Rusia «estamos interesados en prevenir una degradación irreversible de nuestras relaciones, si los estadounidenses son conscientes de los riesgos asociados que conlleva». «Todo esto es lo que se discutirá con el embajador de Rusia en Washington durante las consultas en el Ministerio de Exteriores ruso y en otros estamentos relevantes», concluye el escrito difundido a través de la página web de la Cancillería rusa.

Las declaraciones de Biden, no sólo las habidas anteriormente en lo relativo al intento de envenenamiento del opositor Alexéi Navalni y su posterior encarcelamiento, sino también las que ha hecho ahora anunciando que Rusia pagará con nuevas sanciones por la injerencia en los pasados comicios, han provocado pronunciadas caídas bursátiles en Moscú, el mayor descenso desde el mes de enero, y un ligero debilitamiento de la moneda nacional, el rublo, con respecto al euro y al dólar americano. El índice RTS cayó casi un 4%, y el MICEX un 2,5%, en ambos casos se trata del desplome más fuerte en los últimos tres meses.

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