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Roma
Jueves, 18 de junio 2020, 16:06
Por primera vez desde marzo de 2012, cuando realizó la última gira internacional de su pontificado con etapas en México y Cuba, Benedicto XVI ha dejado la península itálica este jueves para viajar a la ciudad alemana de Ratisbona, donde ha visitado a su hermano ... Georg, de 96 años y gravemente enfermo, con el que siempre ha estado muy unido. Acompañaban al Papa emérito, de 93 años, su secretario personal, el arzobispo Georg Gaenswein, un médico, un enfermero, una de las laicas consagradas que le asisten y el vicecomandante de la Gendarmería vaticana.
La visita fue confirmada por el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, que no aclaró cuánto tiempo tiene previsto quedarse Benedicto XVI en Ratisbona, en cuyo seminario reside Georg Ratzinger, cuya salud habría empeorado en los últimos días. Parece clara la intención del antecesor de Francisco en el pontificado de despedirse de su hermano antes de que muera. Ambos fueron ordenados el 29 de junio de 1951 en la catedral de Freising, aunque luego sus carreras eclesiásticas se separaron al dedicarse el mayor a la música y el menor a la teología.
Desde que Benedicto XVI dejó el pontificado en 2013, Georg ha pasado largas temporadas junto a su hermano en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde fijó su residencia el Papa emérito tras pasar una meses en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo. Cuando se hizo efectiva su renuncia, el Pontífice alemán decidió trasladarse durante un tiempo a la residencia estiva de los Papas, situada al sureste de Roma, para no interferir en el cónclave del que salió elegido su sucesor, Jorge Mario Bergoglio.
En los años del pontificado de su hermano, Georg era un visitante asiduo de Castelgandolfo, hasta el punto de que el Ayuntamiento de esta localidad a la orilla del lago Albano le ofreció la ciudadanía honorífica en 2008. Benedicto XVI celebró el gesto destacando que para él su hermano no sólo era un «guía en el que se puede confiar», sino también un «punto de referencia por la claridad y la determinación de sus decisiones».
Una de las últimas intervenciones públicas de Georg Ratzinger fue en una entrevista publicada en febrero de 2018 por la revista alemana 'Neue Post', en la que dijo que Benedicto XVI sufría una «enfermedad paralizante» que afecta a su movilidad, obligándole a estar cada vez más tiempo postrado en una silla de ruedas «Rezo cada día para que mi hermano y yo tengamos una buena muerte», comentó entonces Georg, que dijo que hablaba casi todos los días por teléfono con el anterior Pontífice.
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