Azerbaiyán pide a Rusia que ayude a cerrar la herida con Armenia

Muchos prisioneros continúan retenidos, no hay acuerdo sobre cómo discurrirán los corredores de transportes y estallan frecuentemente combates en la frontera por las discrepancias que continuamente surgen sobre su demarcación. Los últimos tiroteos se están produciendo en zonas que incluso nada tienen que ver con Nagorno Karabaj, por ejemplo, en el entorno de Najicheván, enclave azerbaiyano sin conexión directa por tierra con el resto del país.

Así que el presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, estuvo ayer en Moscú para que su homólogo ruso, Vladímir Putin, le ayude a consolidar aquella victoria y amarrar los acuerdos alcanzados con el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, con el objetivo de que se materialicen lo antes posible. Pashinián se entrevistó con Putin hace dos semanas.

En la víspera de su viaje a la capital rusa, Alíev llamó a Armenia a resolver los flecos pendientes mediante negociaciones y no a tiros en la frontera. «Se ha puesto fin al conflicto, ahora ha llegado el momento de pensar seriamente en la paz», dijo el líder azerbaiyano en presencia del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que visitó también Armenia.

En Ereván, la capital de Armenia, Michel solicitó el pasado sábado un «diálogo internacional» para aliviar las tensiones a cargo del Grupo de Minsk de la OSCE, copresidido por Estados Unidos, Rusia y Francia. Según sus palabras, «hay que evitar la escalada verbal (...) y abordar la cuestión de los prisioneros de guerra armenios» en poder de Azerbaiyán.

Pero Pashinián se mostró desconfiado, piensa que Azerbaiyán «planea desencadenar nuevos enfrentamientos en Nagorno Karabaj y en la frontera con Armenia». El jefe del Gobierno armenio afirmó que «las acciones de Bakú impiden el inicio de la demarcación fronteriza entre los dos países». No obstante, Pashinián terminó aceptando ese diálogo promovido por la OSCE «a alto nivel».

La posición de Rusia al respecto, según ha puesto de manifiesto el Kremlin de forma reiterada, es propiciar el acercamiento entre Armenia y Azerbaiyán y resolver todas cuestiones espinosas lo antes posible. Con tal objetivo, Putin reunió en Moscú en enero a Alíev y Pashinián, que no se llegaron ni a dar la mano. El pasado 27 de mayo, el presidente ruso volvió a hacerles un llamamiento a «solucionar las discrepancias de forma pacífica». Aquel mismo día, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán acusó al Ejército armenio de colocar minas en el lado azerbaiyano de la frontera. Bakú ha venido también denunciando incursiones de soldados armenios en su territorio y ataques a sus destacamentos.

Tras seis semanas de guerra entre armenios y azerbaiyanos, que comenzó el 27 de septiembre y se prolongó hasta el 9 de noviembre de 2020, se firmó un acuerdo de paz que contempla el despliegue de un contingente de tropas rusas en la exigua parte de Nagorno Karabaj que los armenios han conseguido mantener. Las fuerzas rusas controlan también el corredor de Lachín, vía que conecta Nagorno Karabaj con Armenia, pero no están en los lugares que últimamente son escenario de los enfrentamientos armados entre unidades azerbaiyanas y armenias.