Una atrocidad que llegó a la gran pantalla

El mundo pareció olvidarse del conflicto de Indochina tras el triunfo de las guerrillas comunistas en Vietnam, Laos y Camboya. Se había cumplido la teoría del dominó, que pronosticaba que el triunfo de los primeros expandiría el éxito de las milicias en los países vecinos, los medios de comunicación cambiaban de objetivo tras años de intensa cobertura y algunos progresistas occidentales como Noam Chomsky parecían satisfechos con la derrota de EE UU y la victoria de los movimientos de liberación.

El cine llegó para romper el aparente limbo en el que se había sumido Camboya. En 1984 'Los gritos del silencio', de Roland Joffe, relató la caída de la ciudad según el periodista norteamericano Sidney Schanberg y su intérprete Dith Pran. El extranjero pudo abandonar el país, pero a su ayudante no se le permitió y la narración describe su pavorosa experiencia en los 'Killing fields', donde al duro trabajo se sumaba el miedo a ser descubierta su condición de hombre culto.

El éxito de la película culminó con el Óscar al mejor actor de reparto a Haing S. Ngor, un compatriota de Pran. Sus vidas se asemejaban. El intérprete también había sido internado en uno de esos centros de explotación y había visto morir a su esposa parturienta. Era ginecólogo, pero no pudo advertir que precisaba una cesárea ya que habría supuesto la muerte de ambos. Fue asesinado en Los Ángeles y sobrevuela la hipótesis de que el régimen comunista ordenó su eliminación.

La vida en esos arrozales también fue descrita por Loung Ung, una muchacha de clase alta de la capital que siguió el mismo destino. 'Se lo llevaron. Recuerdos de una niña de Camboya', dirigida por Angelina Jolie en 2017, expone su infancia en un entorno hostil en el que perecieron sus padres y dos de sus seis hermanos.

La última incorporación ha sido 'Camboya 1978', de Rithy Panh, realizador local y superviviente de un campo de rehabilitación. El film describe el viaje al país de la periodista Elisabeth Becker, su colega Richard Dudman y el filósofo marxista Malcolm Caldwell, invitados por Pol Pot en una campaña para cambiar la nefasta imagen que se iba generando. En un episodio extraño, Caldwell, favorable a las tesis de los Khmer Rojo, fue abatido por un desconocido.