Herido en los combates contra los talibanes en Herat. EFE

Los señores de la guerra y las milicias locales contra los talibanes

El presidente afgano, Ashraf Ghani, sustituye al jefe del Ejército y vuela a Mazar-e-Sharif, principal ciudad del norte, que ha quedado rodeada

Mikel Ayestaran

Miércoles, 11 de agosto 2021, 21:49

Después de 20 años de formación supervisada por Estados Unidos y el resto de países de la coalición internacional, el Ejército afgano es incapaz de frenar el avance de unos talibanes que ya controlan nueve de las 34 capitales de provincia del país. El colapso ... de unas fuerzas armadas acostumbradas a combatir con el omnipresente apoyo aéreo estadounidense ha obligado a las autoridades a mover ficha y recurrir a los viejos señores de la guerra y a crear milicias urbanas como medida de urgencia para contener al enemigo.

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El presidente, Ashraf Ghani, salió de su palacio y voló a Mazar-e-Sharif, principal ciudad del norte, que ha quedado rodeada por los insurgentes. Ghani se reunió con dos de los iconos de la Alianza del Norte –la gran coalición de fuerzas que se formó para acabar con los talibanes en 2001– como son Mohamed Atta Noor y Abdul Rachid Dostum, quienes prometieron resistir «hasta la última gota de sangre». El presidente, cada vez más aislado, decidió cambiar además al jefe de las Fuerzas Armadas, Wali Ahmadzai, y puso en su lugar a Hibatulá Alizai, hasta ahora comandante de las fuerzas especiales.

Los movimientos a la desesperada de Ghani llegaron acompañados del anuncio del ministro de Interior, General Abdul Sattar Mirzakwal, de que se ha puesto en marcha un plan para armar a milicias locales con el objetivo de que ayuden a asegurar las principales carreteras y las calles de las capitales de provincia.

El Ejército afgano se desmorona y los insurgentes se han hecho con el control dos nuevas capitales de provincia en las últimas 48 horas. La bandera blanca del Emirato ondea ahora también en Farah, en el suroeste del país, y Pul-e-Khumri, en el norte, y la ofensiva apunta a Mazar-e-Sharif. Países como India han ordenado el cierre de sus consulados en la ciudad y han evacuado a sus ciudadanos ante la inminencia del asalto. Mientras EE UU acelera su retirada, que espera completar el día 31, y en Doha se suceden los contactos estériles para lograr un alto el fuego, los talibanes han conquistado ocho capitales de provincia en menos de una semana y sin apenas combatir.

Carreteras controladas

Con sus grandes bastiones asegurados a lo largo de la frontera con Pakistán, los insurgentes han centrado la primera parte de su ofensiva en la zona norte y los éxitos conseguidos les permiten ahora reforzar operaciones en el centro y sur, con Kabul siempre en el punto de mira como objetivo final. La reciente victoria en Pul-e-Khumri, capital de Baghlan, les permite acercar los combates a solo 150 kilómetros de la capital afgana y gracias a las anteriores conquistas de Kunduz y Takhar tienen bajo su control la estratégica carretera que une la capital con Badakhshan. Fuentes de la Unión Europea consultadas por la agencia Reuters aseguran que el 65% del territorio ya está en manos del Emirato y elevan a 400.000 el número de desplazados internos causados por los combates.

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El responsable del podcast Afghan Eye, Sangar Paykhar, recuerda que en las últimas dos décadas la mayoría de combates se han producido en el sur y por eso allí se concentra el grueso de las fuerzas afganas, sobre todo las fuerzas especiales, las que lideran la lucha contra los talibanes. El Gobierno «confiaba en los señores de la guerra y sus milicias para asegurar el norte, pero no se daba cuenta de la corrupción, el abuso de poder vigente y de que los soldados regulares estaban mal pagados y sin suministro», opina Paykhar, para quien los talibanes pueden hacerse con el control de todo el país «antes de final de año».

Entre las victorias de los últimos días hay algunas de enorme peso estratégico como Kunduz y hay otras menos estratégicas, pero muy simbólicas, como la de Faizabad, pequeña ciudad del Pamir de apenas 30.000 habitantes que los talibanes nunca llegaron a controlar cuando instauraron su Emirato antes de 2001.

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Biden: «Tienen que unirse y luchar por sí mismos»

Todo el mundo sabía que la retirada de Estados Unidos y la OTAN de Afganistán sería ganancia para los talibanes, pero ni la Inteligencia americana imaginaba la velocidad a la que está cayendo el país en sus manos. Según fuentes del Pentágono publicadas por varios medios, Kabul, la capital, podría caer en menos de tres meses, informa Mercedes Gallego.

La CIA había estimado que los talibanes podrían capturar el corazón del poder afgano en seis meses y, según sus funcionarios, han reducido ya esas expectativas a la mitad, pero no están dispuestos a conceder que el país vuelva a tener un gobierno talibán antes de este 11-S, la fecha límite que puso el Gobierno de Joe Biden para abandonar por completo el país. Más de 300.000 fuerzas entrenadas por Estados Unidos y la OTAN defienden la capital, sin que eso parezca garantía de nada. Hay aldeas que han caído ante una docena de talibanes, porque lo que parece fallar no es la fuerza sino la convicción. Por eso el presidente estadounidense dice no lamentar su decisión de retirada.

«Nos hemos gastado más de 1.000 millones de dólares en 20 años», entonó el martes cuando se le cuestionó. «Hemos entrenado y equipado con armas modernas a más de 300.000 fuerzas afganas. Hemos perdido a miles de los nuestros y muchos miles más han resultado heridos. ¡Tienen que luchar por sí mismos, tienen que unirse y luchar por su país!», se desesperó. Desde que las tropas estadounidenses abandonaron la base de Bagram el mes pasado, a EE UU solo le queda en Afganistán la CIA y el poder de los misiles que pueda lanzar desde el mar de Arabia el portaviones 'USS Ronald Reagan'.

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