Shinji Aoba sufrió graves quemaduras en el incendió que él provocó. Afp

Japón condena a la horca al hombre que mató a 36 dibujantes tras incenciar un estudio de animación

Roció con gasolina y prendió fuego al recinto después de cerrar las puertas de salida porque, según dijo, la empresa le había plagiado una historia

Viernes, 26 de enero 2024, 00:20

Shinji Aoba, de 45 años, será colgado en la horca hasta morir. Un tribunal de Kioto le ha impuesto esta pena por matar en 2019 a 36 empleados del estudio de producción audiovisual Kyoto Animation (KyoAni) al provocar un incendio en las instalaciones tras cerrar ... las salidas y rociar el recinto con gasolina. El autor de la masacre dijo en el juicio que la empresa le había plagiado una historia. Actuó por venganza. Y ha sido condenado a la horca. Japón y Estados Unidos son los únicos miembros del G-7 que mantienen este castigo. En el país nipón no hubo ninguna ejecución en 2023. Aoba será el siguiente. Varios verdugos, ubicados en una sala adyacente, pulsarán a la vez un botón para que ninguno sepa quién ha activado la horca.

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La industria del cómic (manga) y la animación (anime) es un negocio pujante en Japón. Entre los cinco principales estudios está KyoAni. El 18 de julio de 2019, Shinji Aoba se dirigió hacia el edificio de la empresa. Pasó antes por una gasolinera y cargó dos bidones con 40 litros de combustible. Entró en el recinto. Cerró las puertas de socorro, arrojó la gasolina, incluso sobre algunos de los empleados, y prendió el fuego. «¡Al infierno! ¡Os voy a matar!», gritó. Cumplió. A la explosión inicial le siguieron las llamas y el humo. La escalera en espiral que iba a las plantas de arriba se convirtió en un trampa mortal.

Fallecieron 36 personas, la mayoría por inhalación de gas. Hubo 32 heridos, incluido el agresor, que sufrió graves quemaduras. Aun así, trató de huir. Fue detenido. Y, tras un largo periodo hospitalizado, desveló su motivo. Dijo que había enviado una novela a uno de los concursos organizados por el estudio. KyoAni, en efecto, recibió ese guion. Y, como pasa con tantos otros, lo rechazó. Shinji Aoba, en cambio, asegura que le robaron la idea.

Varios suicidios en la familia

Durante el juicio, celebrado en 2023, pidió perdón a la víctimas y confesó que no pensaba que su acción iba a causar tantos muertos. Su abogado alegó incapacidad mental para distinguir entre el bien y el mal. El tribunal consideró culpable al reo. Durante la vista, el propio Aoba reconoció que merecía la horca, una pena que en Japón tiene un respaldo mayoritario entre la población. Hay 108 presos en el corredor de la muerte. En 2018 fueron ejecutados trece condenados por el ataque con gas sarín en el metro de Tokio en 1995.

Más de 400 personas participaron en el sorteo de plazas para asistir a la lectura de una sentencia muy esperada en la opinión pública nipona. De Shinji Aobe se ha dicho y escrito mucho. Su árbol genealógico, del que cuelgan varias sogas, da escalofríos. Su abuelo se ahorcó cuando supo que sufría cáncer y que, sin recursos, no podría ir a un hospital. Su padre, un taxista que se quedó sin empleo tras un accidente, también se mató por la vergüenza de no poder mantener a su familia. Y una de sus hermanas se colgó en un pabellón deportivo que luego tuvo que ser demolido porque los niños no quería entrenarse allí. Ahora, la horca le espera a él por matar a 36 jóvenes dibujantes y creadores de historias que nunca imaginaron un final así.

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