Una mujer protesta por la muerte de Mahsa Amini en París, Francia. AFP

Irán detiene a una periodista por entrevistar al padre de Mahsa Amini

Más de medio centenar de reporteros que hicieron público el caso de la joven kurda y escribieron sobre las protestas han sido arrestados

diana martínez

Viernes, 4 de noviembre 2022, 16:19

Casi dos meses después de la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, de 22 años, tras ser detenida por la Policía de la Moral por llevar mal puesto el velo, continúan las protestas contra el régimen en diversas zonas del país. Y también los ... arrestos. Las fuerzas de seguridad detuvieron este viernes a la periodista Nazila Marufian por realizar una entrevista al padre de Amini, Amjad. El texto, que ya ha sido retirado, se difundió el pasado 19 de octubre en el portal Mostaghel y recogía declaraciones de Amjad en las que aseguraba que su hija no tenía problemas médicos y acusaba a las autoridades de mentir.

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«No tengo intención de suicidarme y no padezco ninguna enfermedad grave», afirmó la periodista al momento de publicar la entrevista en un intento de despejar dudas en caso de ser hallada muerta a posteriori, según recogen las agencias de noticias. Días después, Marufian, que procede de la provincia de Kurdistán, como Amini, fue arrestada en su propia vivienda y trasladada a la prisión de Evin, en Teherán, denunció la ONG noruega Hengaw, que informó de otros dos reporteros que hicieron público el caso de Amini y que están aún encarcelados en Evin.

Por lo visto, no son los únicos. El Comité para la Protección de los Periodistas aseguró que desde que comenzaron las protestas han sido detenidos 54 de ellos, de los cuales solo una decena ha sido puesto en libertad.

La detención de Marufian ha tenido lugar horas después de unos violentos enfrentamientos en la capital durante una ceremonia de duelo por una víctima de la represión, que ha dejado ya más de 170 muertos, según la ONG Iran Human Rights (IHR), y más de mil arrestos. En esta ocasión, la despedida era en honor a Hadis Najafi, joven de 22 años, que también desapareció en las manifestaciones. Su familia aseguró que la Policía la mató a tiros mientras protestaba en Karaj el 21 de septiembre, aunque los funcionarios le pidieron que dijera que había muerto de un «ataque al corazón»; una versión similar a la de Amini.

Violentos enfrentamientos

Una gran aglomeración participó en la ceremonia, según IHR, por lo que la Policía bloqueó la autopista que lleva al cementerio para evitar que acudiera más gente. «Este año es el año de la sangre, Seyyed Alí Jamenei será derrocado», gritaban los manifestantes en referencia al líder supremo iraní, según vídeos publicados por medios locales que mostraban los enfrentamientos que estallaron entre los ciudadanos y los agentes, que abrieron fuego contra los protestantes. Según la agencia oficial Irna, que calcula en 500 los participantes en los «disturbios», murió un oficial de la milicia paramilitar Basij –vinculada con la Guardia Revolucionaria– y diez policías resultaron heridos.

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Ante esta situación, numerosos líderes internacionales han cargado contra la represión iraní y pedido a sus ciudadanos que salgan del país. Pero Estados Unidos fue más lejos. Su presidente, Joe Biden, afirmó ayer durante un discurso en el Estado de California que «liberará» Irán. «No se preocupen, vamos a liberar Irán. Se van a liberar a sí mismos muy pronto», declaró el mandatario. La respuesta no se hizo esperar. Su homólogo ayatolá, Ebrahim Raisi, le subrayó que su país «fue liberado hace 43 de su cautiverio, señor presidente, y nunca volverá a ser su vaca lechera», a lo que agregó que «a día de hoy, el símbolo de la arrogancia es la casta gobernante en EE UU».

Por otra parte, al ambiente de tensión se le suma otro episodio violento. El clérigo chií Sayad Shahraki murió por los disparos efectuados por un grupo de hombres armados en la ciudad de Zahedán, uno de los epicentros de las protestas contra las autoridades que estallaron en junio por la violación de una niña a manos de un responsable policial y posteriormente, en septiembre, cogieron fuerza con la muerte de Amini. Una llama de rabia e indignación que aún no se ha apagado.

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