Borrar
DPA
Así son los campamentos afganos montados en las bases de EE UU en España

Así son los campamentos afganos montados en las bases de EE UU en España

Montaje contra reloj. La UME levanta en solo 24 horas un centro temporal para 800 ciudadanos procedentes de Afganistán en la base de Torrejón que los americanos quisieron replicar en Rota y Morón para otros 4.000

Mateo Balín

Madrid

Domingo, 29 de agosto 2021, 00:14

La tarde del viernes 20 de agosto, dos días después de que España pusiera en marcha el «hub» (centro) de la Unión Europea para la acogida de refugiados afganos, un coronel estadounidense visitó la base aérea de Torrejón de Ardoz, a 30 kilómetros de su puesto de trabajo: la embajada norteamericana en el céntrico barrio de Salamanca de Madrid.

El oficial David Allen Carlson, agregado de Defensa, se desplazó al este de la comunidad para conocer de primera mano lo que había visto en la televisión y leído en la prensa. ¿Cómo es posible que en solo 24 horas un grupo de militares españoles hubiera montado en la pista del aeropuerto un campamento totalmente acondicionado para 800 personas? La única respuesta era ir a verlo por sí mismo.

Carlson, que llegó a su destino en marzo pasado, fue recibido por sus colegas uniformados en el recinto militar. El agregado aéreo preguntó por el funcionamiento de todo el operativo interministerial de recepción y acogida de los cooperantes afganos y sus familiares. Pero puso especial interés en el centro de tránsito de pasajeros, levantado por la Unidad Militar de Emergencias (UME) en tiempo récord.

Los «iglús poliédricos» con aire acondicionado, que se usan como alojamientos modulares para familias de seis personas; el comedor polivalente para 200 personas; la red de abastecimiento de agua potable y electricidad; o las zonas de esparcimiento para niños. Un «espacio habitable» montado contrarreloj por 150 efectivos del Grupo de Apoyo de Emergencias (GAEM) de la UME, con sede en la misma base de Torrejón de Ardoz.

La visita del coronel no fue rutinaria. Ni mucho menos. Sentaba las bases del acuerdo anunciado un día después por España y Estados Unidos. El sábado 21 de agosto, precisamente, se produjo la llamada del presidente Joe Biden a Pedro Sánchez para «elogiar el liderazgo» español en la búsqueda de apoyo internacional para las mujeres y las niñas afganas. Conversaron durante 25 minutos, dejando atrás el breve encuentro de pasillo de la última cumbre de la OTAN de Bruselas, celebrada en junio pasado.

El inquilino de la Casa Blanca también agradeció a Sánchez la ayuda española para que las bases de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla) -de titularidad nacional pero de uso compartido con los estadounidenses- acogieran a colaboradores de Washington mientras se cierra su tránsito a terceros países. Pueden alojarse hasta 4.000 personas con una estancia máxima de 14 días, según recoge el «memorando de entendimiento» rubricado el pasado lunes.

Tiendas y beneficencia

No obstante, la complejidad operativa y burocrática para replicar el campamento de Torrejón en estas bases hizo que las autoridades estadounidenses se conformaran con acondicionar espacios de vida comunes para recibir a los refugiados afganos (este viernes llegaron en dos aviones a Rota los primeros 800).

En la base aeronaval gaditana, hogar de los cuatro destructores estadounidenses del escudo antimisiles, el gimnasio está cerrado para sus 2.800 marines mientras dure el dispositivo. Tampoco están abiertas las piscinas, las canchas de baloncesto o la bolera. Además, en el campo de béisbol se han levantado 20 tiendas de campaña con capacidad para 20 personas cada una. Este material fue cedido por la Unidad del Tercio de Armada, con sede en San Fernando. Los propios infantes de Marina se ocuparon de su montaje en un día.

La conocida beneficencia de los norteamericanos quedó patente en el llamamiento que hizo la organización sin ánimo de lucro 'Navy-Marine Corps Relief Society' de Rota. Solicitó a la población militar todo tipo de enseres para facilitar la vida a los refugiados: desde ropa, juguetes, toallitas para bebés, pañales o leche de fórmula hasta camas o colchones de campamento. «La ropa debe ser discreta y los zapatos deben ser ligeros y de tipo sandalia», sugerían para adaptarse a su cultura y tradiciones.

El llamamiento tuvo efecto directo no solo en las tiendas roteñas, sino en los estantes de dos grandes superficies de una conocida cadena de material deportivo, ubicadas en las vecinas ciudades de Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María.

A 130 kilómetros al norte de Rota se encuentra la base aérea de Morón de la Frontera. Se trata de un centro clave por su posición estratégica para la respuesta de crisis en África y Asia.

Los empleados civiles españoles de la base se han encargado de la equipación de las instalaciones para recibir a los colaboradores afganos de Estados Unidos y sus familiares. Han preparado un barracón de grandes dimensiones con aire acondicionado y detectores de humo, que se usa como espacio multifuncional. Y las habitaciones donde se alojan los expatriados ocupan el espacio que suelen usar los marines que hacen tránsito.

«Hemos trabajado en la habilitación del edificio con mucha ilusión. Es lo mínimo que podemos hacer para que estén lo mejor posible, como en un hotel, teniendo en cuenta el infierno del que salen», comenta un portavoz del comité de KBR, la empresa que se encarga del mantenimiento de las instalaciones norteamericanas. Es la primera misión humanitaria de estos 350 empleados, que también prestan servicios de apoyo logístico, ingeniería civil, ambulancia, salud, higiene industrial o servicios postales. Pero nunca antes habían colaborado en una tarea semejante.

El factor español

La respuesta española a la crisis de los refugiados afganos, en cualquier caso, posee una dimensión distinta. Ni mejor ni peor que la estadounidense, pero sí más integral. Los estándares en protección son mucho más amplios por la experiencia acumulada durante años con personas vulnerables. Por ejemplo, migrantes que acceden a España por vía aérea pero también por mar en pateras.

El equipo que dirige la Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria en la base de Torrejón cuenta con medio centenar de personas. A ellos se suma el apoyo técnico de los voluntarios de la Cruz Roja. Si la UME montó las instalaciones para que vivan los refugiados en solo 24 horas, el equipo multidisciplinar del ministerio tardó el mismo tiempo en tener engrasada la maquinaria en tres zonas: salud, asistencia y burocracia. Otro apunte que sorprendió a los diplomáticos norteamericanos y a los líderes europeos, que visitaron el campamento de estancia provisional (72 horas como máximo) el sábado 21 de agosto.

Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y su colega del Consejo Europeo, Charles Michel, se mostraron también interesados en el dispositivo de atención y en los módulos familiares montados por el GAEM. Unas células de habitabilidad polivalente (cehapos) y sus alojamientos modulares, los llamados «rocaedros», cuya distribución está diferenciada para las mujeres y sus hijos, mientras que los hombres descansan en dos barracones con capacidad para 200 personas en literas.

«La incorporación de las Fuerzas Armadas a la gestión de emergencias es consecuencia de su capacidad de adaptación para enfrentarse a un entorno dinámico de cambio, comprimido en los tiempos de respuesta, con escenarios heterogéneos y entornos operativos en constante transformación», comenta un responsable de la UME desde el anonimato (el Ministerio de Defensa no ha tramitado la autorización pedida por este periódico).

En suma, el alabado montaje del campamento de Torrejón es la consecuencia directa de la experiencia acumulada por la unidad: cerca de 600 intervenciones de todo tipo en sus 15 años de vida. «El éxito reside en un modelo de capacidades que aúna especialización, potencia y número en un equilibrio estable», resume el oficial consultado. No es casual que 55 países hayan visitado la UME interesándose por su organización y funcionamiento.

«Rocaedros», los exitosos alojamientos modulares

En mayo pasado se cumplió una decáda desde que la UME estableció su primer campamento único de damnificados en la localidad murciana de Lorca. Un terremoto de magnitud 5,1 dejó nueve fallecidos, más de 300 heridos e importantes daños materiales en esta ciudad de 93.000 habitantes. Los militares levantaron unas instalaciones provisionales que albergaron a unas 1.400 personas durante cerca de medio año.

Aquella desgraciada experiencia sobre el terreno sirvió para sacar algunas conclusiones y mejorar la reacción operativa ante futuras catástrofes o intervenciones humanitarias, como en Torrejón con los refugiados afganos. Tres años después, en 2013, tras una visita del jefe de la UME al Laboratorio de Ingenieros del Ejército General Marvá, en Madrid, se creó un grupo de trabajo conjunto para adaptar el diseño de un campamento que tendría que ser proyectado en un contenedor marino de 20 pies (unos seis metros).

El entonces capitán Enrique Rocabert, ingeniero politécnico, desarrolló su tesis doctoral sobre el Alojamiento Modular Recuperable (AMR). Tras su investigación diseñó un sistema modular proyectable para una permanencia de hasta seis meses. La idea permitiría adecuarse a futuras necesidades y su diseño se podría modificar para aumentar su posibilidad de habitabilidad.

Tras su desarrollo, el capitán Rocabert, apoyado por su hermano y también arquitecto, continuó su investigación para mejorar el plan mediante el redimensionamiento de los paneles y el uso de nuevos materiales para mejorar sus prestaciones. El proyecto fue la base para un estudio realizado por el Laboratorio de Ingenieros sobre alojamientos sostenibles donde se utilizaron células fotovoltaicas para la obtención de energía, recogida de aguas pluviales y equipos de producción de agua caliente.

Finalmente se construyeron módulos de fibra de vidrio, para alojar hasta seis personas, lo que permite el agrupamiento de evacuados en unidades familiares. Cuenta con instalación eléctrica y de aire acondicionado, camas, literas y taquillas. En la base de Torrejón se han montado 20 «rocaedros».

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta Así son los campamentos afganos montados en las bases de EE UU en España