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Ivia Ugalde
Martes, 28 de diciembre 2021, 19:01
La escalofriante matanza que sacudió la víspera de Navidad a la región birmana de Kayah cobró este martes una nueva dimensión al saberse que entre sus 35 víctimas mortales hay dos trabajadores humanitarios de Save the Children. La ONG, con sede en Londres, confirmó este ... martes la noticia en una nota en la que instó al Consejo de Seguridad de la ONU a reunirse cuanto antes para pedir cuentas a la junta militar, que gobierna el país desde el golpe de Estado de noviembre de 2020 y a quien se atribuye el ataque contra este enclave donde se asienta el pueblo karenni, conocido por su resistencia armada.
Save the Children, que ha pedido igualmente al máximo órgano decisor de Naciones Unidas un embargo de armas a los militares birmanos, precisó que ambos empleados se encontraban desaparecidos desde el viernes, cuando un centenar de soldados hicieron acto de presencia en la zona y libraron un enfrentamiento con fuerzas de la milicia KNDF.
Un hecho «intolerable». La organización ha pedido una reunión urgente al Consejo de Seguridad para exigir responsabilidades
Los dos cooperantes volvían a sus casas tras una misión humanitaria en la región cuando su coche privado fue atacado y quemado. El horror tomó forma a la mañana siguiente, cuando habitantes de Kayah descubrieron 35 cadáveres dentro de una decena de vehículos completamente calcinados en las inmediaciones del pueblo de Moso. «Esta noticia es absolutamente devastadora. La violencia contra civiles inocentes, incluidos los trabajadores humanitarios, es intolerable, y este ataque sin sentido es una violación del Derecho Internacional», denunció este martes la directora general de Save the Children, Inger Ashing.
La ONG, por motivos de seguridad, no ha querido dar detalles sobre las identidades de los trabajadores asesinados. No obstante, explicó que uno de ellos, de 32 años, formaba desde 2019 a profesores birmanos. La otra víctima, de 28, llevaba seis años en la organización. «Sus muertes son una pérdida para la infancia de Kayah», remarcó Ashing, que también ha pedido a la Asociación de las Naciones de Asia Sudoriental que se reúna con urgencia «para proteger a los menores y a los cooperantes».
La masacre del viernes, según Save the Children, «no es un evento aislado». «La población de Birmania sigue siendo blanco de una violencia cada vez mayor y estos hechos exigen una respuesta inmediata», insistieron, en alusión a la junta militar, que a finales del 2020 anuló los resultados de las elecciones y derrocó a la 'líder de facto' Aung San Suu Kyi.
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