Iñigo Gurruchaga
Corresponsal en Londres
Jueves, 16 de junio 2022, 14:05
Lord Geidt, asesor ético del primer ministro británico, ha aumentado el descrédito sobre su papel, tras la publicación de una carta de dimisión dirigida a Boris Johnson en la que justifica su marcha. El exmilitar y secretario privado de la reina reprocha a Johnson en ... su carta silencios sobre el 'partygate' y una «afrenta» que horas después parece una excusa artifiosa.
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El último párrafo lo dedica Geidt al agravio cometido esta misma semana, que le dejó «en una posición imposible y odiosa». No lo desvela, pero la respuesta de Johnson, publicada conjuntamente con la carta de Geidt, sí lo hace. El primer ministro y sus asesores le preguntaron si podrían mantener los aranceles proteccionistas contra en dumping de acero chino, incumpliendo las normas de la Organización Mundial de Comercio. Johnson le recuerda a su exasesor que en la misma reunión le dijo que seguiría un año en el cargo.
El último párrafo lo dedica Geidt al agravio cometido esta misma semana, que le dejó «en una posición imposible y odiosa». No lo desvela, pero la respuesta de Johnson, publicada conjuntamente con la carta de Geidt, sí lo hace. El primer ministro y sus asesores le preguntaron si podrían subvencionar la producción de acero, como hacen otros países, incumpliendo las normas de la Organización Mundial de Comercio. Johnson le recuerda que en la misma reunión le dijo que seguiría un año en el cargo.
Precedente. Su antecesor renunció cuando el 'premier' desoyó sus quejas por los abusos verbales de Patel
Sin ningún poder. Geidt fue humillado el martes en el Parlamento por diputados que menospreciaron su papel
Código deontológico. Major creó el puesto en 1994 al descubrirse que 'tories' cobraban de empresas privadas
Estructuras constitucionales y convenciones de la gobernación británica se basan aún en la presunción de que los ministros son y actúan como un 'gentleman'. Pero, durante la decadencia de la era conservadora iniciada en 1979 por Margaret Thatcher, su sustituto, John Major, creó en 1994 un Comité de Estándares en la Vida Pública. Se había descubierto entre la cadena de escándalos que parlamentarios 'tories' cobraban de empresas privadas para hacer preguntas al Gobierno.
El primer informe del comité dictó siete mandamientos para la conducta de políticos, funcionarios, jueces, policías, y empleados de los servicios públicos en general. Deben ser altruistas, íntegros, objetivos, responsables, abiertos, honestos y líderes. El Gobierno laborista de Tony Blair añadió a esos principios un Código Ministerial.
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«Raramente ha existido un documento constitucional tan inútil», según el abogado y comentarista sobre asuntos constitucionales, David Allen Green. Ofrece una descripción detallada de cómo deben gestionar los miembros del Gobierno los asuntos públicos y sus actividades privadas. Cómo deben pedir permiso para dar entrevistas, los criterios para usar aviones, han de tratar bien a sus subordinados, informar al Parlamento,…
La posición de Asesor Independiente del Primer Ministro sobre el Código Ministerial es en realidad digna de la burla de Monty Python a los personajes y costumbres de la burocracia británica. No tiene poderes, como demostró Boris Johnson, rechazando en 2021 los resultados de la investigación de sir Alex Allan sobre abusos verbales e intimidación de la ministra de Interior, Priti Patel, y su recomendación de que dimitiese por quebrar el código.
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Quien dimitió, ante tal humillación pública, fue el asesor, Allan. Johnson fichó entonces a Christopher Geidt, con un currículo en la inteligencia militar, en la diplomacia y una década como secretario privado de la reina. Era asesor de un banco, de una empresa de armamento y del Sultán de Omán, cuando se convirtió en el asesor ético de un primer ministro de moralidad alegre.
Era asesor de quien tiene el poder de iniciar las investigaciones sobre quiebras del código ético. En su testimonio ante un comité parlamentario, el martes, se defendió de las críticas de diputados que menospreciaban su papel recordándoles que una reciente reforma del código le daba poderes para iniciar investigaciones, siempre que el primer ministro le dé permiso. Los diputados se rieron.
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Interrogatorios por un comité del Parlamento han causado daño psicológico en el pasado a testigos no acostumbrados a la brutalidad retórica frecuente en los políticos durante sesiones públicas. Geidt envió su carta de dimisión horas después de su humillación. El lunes quería seguir y sufrió el agravio del acero, el martes compareció durante dos horas ante un comité que lo desnudó como un burócrata del 'establishment' sin gracia. Culmina su itinerario por la política con un gesto ridículo.
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