Los venezolanos pagan a precio de oro la gasolina iraní

«Por supuesto que sigue existiendo un mercado negro que puede evitar las largas filas, pero que cobra el litro a tres dólares. Eso solo está al alcance de un mínimo grupo de privilegiados: los ricos o los conectados de alguna manera con el Gobierno –añade Barrera–. El tema fundamental es el transporte de alimentos, de gas para las familias (que se consume en su gran mayoría en bombonas), el flujo normal de la población... El impacto sobre la población sigue siendo enorme y con graves consecuencias».

El 'Clavel' entró a comienzos de la semana pasada en aguas venezolanas. Es el quinto buque iraní, junto al 'Forest', el 'Faxon', el 'Fortune' y el 'Petunia', en cubrir la ruta entre Irán y Venezuela, en una operación de rescate energético de la república islámica a Nicolás Maduro. Donald Trump dijo que pensaba tomar «medidas» contra estos envíos. No lo hizo.

Teherán respondió a la llamada de socorro de su aliado latinoamericano con 1,54 millones de barriles de gasolina y componentes petroquímicos y, «en caso de que recibamos una nueva solicitud, será atendida», adelantó el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Abás Musaví, que calificó esta operación como «un ejercicio del derecho al libre comercio». Idénticas palabras a las que empleó un Maduro que se enfrenta, además, a la hiperinflación, la escasez de alimentos en los mercados y al coronavirus.

Los medios iraníes, tanto conservadores como reformistas, y los progubernamentales venezolanos aplaudieron la llegada de la gasolina que describieron como «una humillación para Estados Unidos». Según el diario 'Java', propiedad de la Guardia Revolucionaria, se trata de una «muestra del poder iraní ante las mismas narices» de Trump. Recoge en un gráfico la ruta seguida por los buques, que cruzaron el Estrecho de Gibraltar sin ser interceptados.

La prensa local recordó lo ocurrido en verano con el 'Grace 1', el petrolero iraní que los británicos retuvieron bajo la acusación de transportar crudo a Siria, lo que violaría las sanciones impuestas por la UE al Gobierno de Bashar Al Assad desde el inicio de la guerra. Teherán respondió apresando al superpetrolero británico 'Stena Impero' en el Estrecho de Ormuz y la crisis entre ambos países se alargó durante varias semanas. En el caso de los buques enviados a Venezuela, la república islámica alertó de que aplicaría la reciprocidad en caso de sufrir algún incidente inesperado.

«No creo que sea una gran victoria en términos económicos. Me temo que está más cerca de ser un remiendo temporal, sin demasiadas posibilidades de establecerse como solución real del problema», piensa Alberto Barrera, para quien «la crisis de la gasolina en Venezuela no se explica por las sanciones norteamericanas. Hay que sumar otros dos factores: el mal manejo de la industria petrolera por parte del chavismo, cuya consecuencia es el descenso sostenido en la producción. Venezuela importa gasolina desde 2009, diez años antes del supuesto 'embargo'. El otro factor es la corrupción».

Venezuela no es Siria, donde la república islámica tiene un papel clave en la guerra que libra Assad desde 2011, pero desde la etapa de Hugo Chávez se ha forjado una alianza que tiene en común la oposición a EE UU. Esta alianza alcanzó su apogeo en la etapa de Mahmoud Ahmadineyad cuando se abrió una planta de coches iraníes en Venezuela, probaron varios proyectos agrícolas conjuntos o se puso en marcha la conexión aérea entre Teherán y Caracas, con escala en Damasco. Estas iniciativas no fueron muy exitosas.

Este año las sanciones de Trump vuelven a unir a estos dos países que son potencias petroleras mundiales, pero que no se benefician de ello. Los venezolanos son incapaces de refinar su propio petróleo y los iraníes no pueden exportarlo debido a los castigos impuestos por EE UU tras retirarse de forma unilateral del acuerdo nuclear de 2015.

Maduro declaró que «la gasolina que hemos traído se ha pagado en dólares y deberíamos cobrarla. Por eso estamos haciendo un grupo de encuesta para determinar el monto de cobro». Desde Teherán no hay información sobre esto, pero el Departamento de Estado estadounidense asegura que los iraníes estarían recibiendo lingotes de oro, una liquidez que necesitan para paliar su fuerte crisis económica.

El canal Bloomberg, citando fuentes anónimas, detalla que funcionarios venezolanos habrían enviado unas 9 toneladas de oro, por un valor de unos 500 millones dólares, en aviones de la compañía iraní Mahan. Esta aerolínea, a la que desde Occidente acusan de transportar armas a los grupos satélite de Irán en Oriente Medio, tiene una conexión directa entre Teherán y Caracas desde abril y también ha volado a la costa norte del país, donde se encuentra la refinería de Amuay, una de las más grandes del mundo. La alianza con Irán se extiende a la llegada de profesionales del sector petrolero y los medios necesarios para volver a reactivar las refinerías venezolanas, detalló Bloomberg.