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Daniel Ortega vota en las elecciones de Nicaragua. foto: afp | vídeo: ep

Ortega secuestra a Nicaragua en las urnas

El sandinista afronta su quinto mandato presidencial tras un proceso electoral sin ninguna garantía democrática y con la oposición vetada

dagoberto escorcia

Lunes, 8 de noviembre 2021, 12:57

No hubo sorpresa y tampoco milagro. Daniel Ortega ha salido más diablo que los mal denominados por él. La simulación de elecciones democráticas en Nicaragua salió exactamente como había sido planificada por la dictadura del líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Si nos ... ciñéramos al lenguaje futbolístico diríamos que este partido Ortega no lo iba a perder nunca. Lo tenía ganado desde meses atrás. Iba a vencer por incomparecencia del rival, preso en las cárceles de Nicaragua o exiliado en cualquier lugar del mundo.

Fuentes oficiales del Consejo Supremo Electoral anunciaron que escrutado el 49% de los comicios, Ortega era declarado vencedor al obtener el 74,99% de los votos. El mismo organismo, integrado por fieles del sandinismo, aseguraba que la participación había rondado el 65%. Otras fuentes como la organización no gubernamental Urnas Abiertas, que monitoreo todo el proceso, afirmó que la abstención había sido del 85%. La misma fuente comentó en las redes sociales que las elecciones se habían caracterizado por un control paramilitar y un hostigamiento a empleados del Gobierno.

Nada bueno espera a Nicaragua con Ortega cumpliendo su cuarto mandato consecutivo y el quinto desde 2007 superando en al dictador Antonio Somoza, al que derrocó cuando era un guerrillero en el que confió plenamente el mundo entero. La migración es la solución para los ciudadanos para evitar la represión más dura que pueda ejecutar Ortega cuando persiga a abstencionistas y opositores. Todo se verá más oscuro si Estados Unidos, la Unión Europea y la comunidad internacional, que han calificado de «farsa», «pantomima» y «burla» la cita con las urnas, procedan a llevar a cabo nuevas sanciones económicas contra el Gobierno de Managua.

LAS CLAVES:

  • Baja participación. Organizaciones no gubernamentales denuncian una abstención de hasta el 85%

  • Sin reconocimiento. Estados Unidos, la Unión Europea y la comunidad internacional califican el proceso de «farsa»

  • Sin rivales. El régimen llevó a cabo su plan represor y encarceló o expulsó del país a los opositores

Desde Joe Biden, presidente de Estados Unidos, hasta cuatro e presidentes latinos han mostrado su rechazo al «circo» sandinista del pasado domingo. Fernando Henrique Cardoso (exmandatario de Brasil), Laura Chinchilla (Costa Rica), Ricardo Lagos (Chile) y Juan Manuel Santos (Colombia) han firmado un documento bajo el título de 'Impidamos que se consolide el régimen' en el que piden el aislamiento internacional de Ortega y la suspensión de Nicaragua de la OEA (Organización de Estados Americanos). Al mismo tiempo, exigen que se denuncie seriamente y se rechacen los resultados.

«Burla al pueblo»

En este sentido, el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, también declaró que lo que había organizado Ortega en su país no se le podía llamar elecciones. «Ha sido una burla al pueblo nicaragüense, a la comunidad internacional y también a la democracia. No han sido ni libres ni justas porque los posibles competidores están en la cárcel. Exigimos su inmediata liberación».

Durante todo el domingo, en Costa Rica, donde se han exiliado miles de nicas, hubo manifestaciones en las que los ciudadanos mostraban consignas invitando a sus compatriotas a abstenerse. 'No salgo a votar el 7 de noviembre porque estoy en el exilio', 'Yo no boto mi voto' y 'Huella limpia, conciencia limpia' se podía leer en las pancartas de los manifestantes.

El proceso había sido denunciado días antes por Urnas Abiertas, después de haber hecho un seguimiento exhaustivo. Advirtió de que se había manipulado el padrón, había existido una persecución judicial a los opositores y se habían excluido candidaturas. Y concluía que la integridad del proceso estaba comprometida y carecía de legitimidad. En realidad del censo se habían eliminado casi un millón de votantes en comparación a las elecciones de 2017.

Sin prensa extranjera

Ortega llevó a cabo su plan represor y eliminó a cuanto opositor serio tenía enfrente. Anuló tres partidos políticos adversarios y mandó a la cárcel a siete candidatos a la presidencia. Al mismo tiempo los trabajadores del Estado y sus familiares, y los beneficiarios de programas sociales fueron obligados a participar en distintas actividades del calendario electoral.

Ortega, que vetó a la prensa extranjera que pretendía seguir la jornada, también mantiene amordazada a los medios de comunicación locales. Con los principales opositores en prisión y las voces contrarias en el exilio, no había dudas de que Ortega ganaría unos comicios cocinados con su salsa. Al día siguiente de su proclamación solo ha obtenido el aplauso de Venezuela, Rusia y Bolivia. Tiene a toda la comunidad internacional en su contra, pero nadie imagina en este momento a Ortega y su Gobierno fuera de Nicaragua.

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