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La primera dama de Haití Martine Moise EFE
La primera dama vuelve a Haití para organizar el funeral de su marido

La primera dama vuelve a Haití para organizar el funeral de su marido

El primer ministro interino cederá el poder al primer ministro designado por recomendación de la comunidad internacional

mercedes gallego

Nueva York

Lunes, 19 de julio 2021, 20:31

La primera dama haitiana Martine Moise aterrizó ayer en Puerto Príncipe vestida de negro, con chaleco antibalas, el brazo en cabestrillo y un gesto de dolor que «nunca pasará», tuiteó. La imagen fue difundida por la oficina del primer ministro interino Claude Joseph, que a ... pesar de haber recibido inicialmente el apoyo de EEUU ha afectado transferir el poder al primer ministro designado Ariel Henry.

Esa es la recomendación del grupo internacional de embajadores, entre los que se encuentra España, que urge formar «un gobierno inclusivo de consenso». El país tiene convocadas elecciones y referéndum para el 26 de septiembre, pero muchos creen que dada la situación del censo y la violencia callejera haría falta al menos un año para celebrar elecciones fiables.

Haití todavía ni siquiera ha enterrado a su presidente Jovenel Moise, de 53 años, asesinado el pasado día 7. Será su esposa, superviviente del magnicidio y única testigo, la que lo organice estos días y presumiblemente hable en el funeral. Según ha dicho en un mensaje grabado, su marido no sufrió porque murió rápidamente bajo una ráfaga de balas, en contra de la opinión del juez de paz, que dijo haber visto en su cuerpo signos de tortura.

Según la reconstrucción del Miami Herald, el presidente haitiano seguía vivo a la 1.45 am. Lo sabe porque su corresponsal ha entrevistado a cuatro personas a las que el mandatario llamó frenéticamente en apenas 14 minutos. «¿Dónde estás? ¡Te necesito aquí ya!», pregunto desesperado a un funcionario táctico de la Policía Nacional de Haití al que conocía personalmente. Antes había llamado al comisionado de la Policía Nacional haitiana con un llamado urgente. «Hay disparos en la casa, moviliza a gente». De fondo se oían sin descanso los disparos automáticos que presuntamente disparaba un comando de 26 colombianos y dos haitianos americanos. Cinco de ellos siguen fugados, mientras que tres murieron más tarde en enfrentamientos con la policía y 18 han sido detenidos.

En esas primera hora, sin embargo, nadie acudió a tiempo para ayudarle. Los sicarios atravesaron tres controles de seguridad hasta la mansión de la calle Pelerin, 5. El último cordón estaba a cargo cuerpo de sus guardaespaldas personales, sin que se sepa por qué nadie respondió a los disparos del comando, que se identificó como un operativo de la DEA. El agente especial al que el presidente llamó directamente ante la falta de respuesta fue el primero en llegar a socorrerle. En la segunda planta encontró en el suelo frente a la puerta de la habitación a su esposa con un brazo destrozado en el que puedo ver fragmentos de hueso. Se lo sostenía su hija, Jormalie, que se había escondido en el baño, junto a su hermano Jovenel Jr., al que los sicarios ataron con una sirvienta. Dentro del encontró al mandatario acribillado. Los sicarios habían confirmaron su identidad por teléfono con alguien más antes de matarlo. «Esto no tendría que haber pasado nunca con un cuerpo de guardia presidencial», lamentó anónimamente el agente.

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