Paro nacional en Chile contra la reforma constitucional que plantea Piñera

«El único camino es la Asamblea Constituyente», planteó Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores e integrante de la mesa. Pero para la sindicalista, la agenda de Piñera «no sintoniza» con las demandas de cambios estructurales que se plantean en las calles, tanto en las protestas como en los cabildos reunidos para debatir sobre las nuevas urgencias. «Hay cambios profundos que requieren una nueva institucionalidad», explicó la dirigente, que desconfía de una reforma de cúpulas, un congreso que restrinja la participación ciudadana.

Santiago amaneció este martes con calles y autopistas interrumpidas por barricadas. En rutas del interior los autobuses que no se adhirieron a la medida de fuerza fueron apedreados. De hecho, hubo protestas en todas las ciudades del país. Las mayores fueron en Santiago, Concepción, Valparaíso, Iquique y Viña del Mar. En Valparaíso los manifestantes impidieron incluso el acceso al Congreso Nacional y las autoridades legislativas resolvieron suspender las sesiones de ambas cámaras.

Tras las primeras semanas de un estallido social que el Gobierno intentó sofocar con la acción de las Fuerzas Armadas y la Policía, la demanda ciudadana comenzó a sintetizarse en una petición de reforma de la Constitución, sancionada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90) y aún vigente.

La Mesa de Unidad advirtió que «los abusos» que rechazan los manifestantes «son síntoma de un problema estructural» que es «la falta de un modelo económico que garantice la igualdad». «La manera de discutir un nuevo sistema político y un nuevo modelo económico es a través de una Asamblea Constituyente», reafirmaron las entidades mediante un comunicado.

Después de anunciar un cambio de gabinete y una serie de medidas tendentes a concretar mejoras sociales (aumentos en las pensiones y en el salario mínimo, junto a subsidios al transporte), Piñera aceptó a regañadientes la discusión de una reforma que diputados y senadores opositores ya habían comenzado a debatir sin acuerdo del oficialismo. Su ministro de Interior, Gonzalo Blumel, lo anunció en la noche del domingo, sin dar más detalles.

Luego se conoció que el anuncio había sido producto de una airada discusión entre el presidente y los titulares de los partidos de su alianza gobernante, que a su vez no tenían una posición común.

La portavoz Karla Rubilar explicó este martes que se trata «del inicio de un camino para un Chile nuevo en el marco del Congreso, que es la casa de todos». También sostuvo que se diseñará una plataforma que permita la participación ciudadana. En este sentido, valoró «enormemente» el proceso de consulta ciudadana que se había realizado durante el Gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet. De todos modos admitió que el mecanismo «no está definido» y descartó una asamblea.

Entretanto, el presidente se reunió con sus predecesores Eduardo Frei y Ricardo Lagos para conversar sobre la situación. También se comunicó por vía telefónica con Bachelet, que actualmente es la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.