diana martínez
Lunes, 10 de enero 2022, 19:16
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, inició este lunes su quinto mandato, cuarto consecutivo, empañado de luces y sombras. El exguerrillero sandinista, de 76 años, que gobierna desde 2007, juró junto con su mujer, Rosario Murillo, en una ceremonia que tuvo lugar en la Plaza ... de la Revolución, en Managua, un día después de que se instalara la nueva Asamblea Nacional, donde el oficialismo controla 75 de los 91 escaños. El acto recibió el apoyo de Rusia y China, aunque también se contó con la presencia de comitivas de Irán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Laos, Angola, Turquía, Bielorrusia, Turquía o Egipto.
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El líder podrá permanecer en el cargo hasta enero de 2027 y cumplir así dos décadas seguidos en el poder, un caso inédito en la reciente historia de Nicaragua y en la América Latina actual. Ortega se impuso el pasado mes de noviembre en unas elecciones que no contaron con la participación de sus principales rivales políticos porque en los meses anteriores las autoridades disolvieron tres partidos y arrestaron a más de 40 dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales, incluida la independiente Cristiana Chamorro, la favorita según las encuestas.
Unos hechos que acarrearon el rechazo de la oposición y parte de la comunidad internacional tachando los comicios de «fraudulentos». Desde abril de 2018, cuando estalló una revuelta popular contra el Gobierno de Ortega, que las neutralizó a la fuerza y dejó cientos de muertos y detenidos y miles en el exilio, tanto Estados Unidos como la Unión Europea han impuesto sanciones a allegados del presidente. Ayer extendieron el golpe a otras siete personas y tres entidades del círculo del líder sandinista, entre ellos dos de sus hijos.
Mientras tanto, la oposición reclamó a la comunidad internacional «acciones coordinadas» para presionar a Ortega y lograr así que deje de «actuar con impunidad» en un país «secuestrado y silenciado», afirmó Victoria Cárdenas, esposa del opositor Juan Sebastián Chamorro. Además, pidió que el mundo no sea «indiferente» a la «grave» situación que vive Nicaragua y unidad para poder liberar a los «más de 170 presos políticos» que hay en el territorio.
Por otra parte, nicaragüenses exiliados celebraron una vigilia para expresar su rechazo al nuevo mandato del exguerrillero sandinista. Bajo el lema 'Ortega ilegítimo', y con pancartas y velas, muchos manifestantes se ataviaron del azul y blanco de su bandera nacional, en la Plaza de la Democracia, en la capital de Costa Rica, uno de los principales lugares para el exilio nicaragüense.
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