Los argentinos castigan al Gobierno en las legislativas

«He cometido errores y mi obligación es aprender de los mismos», admitió Fernández en un discurso televisado tras conocer los malos datos de su alianza Frente de Todos. Lo más doloroso, verse privado del control del Senado por dos escaños ya que el oficialismo solo venció en dos de las ocho provincias en las que estaban en juego 24 de los 72 asientos de la Cámara Alta. Como resultado, ha tenido que conformarse con 35 representantes frente a los 41 actuales. Por su parte, en la Cámara de Diputados, donde se renovaban 127 de sus 257 escaños, ha visto reducirse su presencia de 120 a 118.

A pesar del batacazo, Fernández se mostró sonriente y optimista e instó a abrir una etapa de esperanza. No obstante, admitió que tendrá que sentarse a negociar cuanto antes con la oposición para garantizar la gobernabilidad en los dos años de mandato que le quedan hasta la celebración de las elecciones presidenciales en 2023. El objetivo, según detalló, será pactar «una agenda tan compartida como sea posible».

El guiño del jefe de Estado a la coalición Juntos por el Cambio, de la que forma parte el expresidente conservador Mauricio Macri (2015-2019), recibió una rápida contestación de la oposición, que ya da casi por sentado su próximo regreso a la Casa Rosada. Macri afirmó que su grupo «va a actuar con mucha responsabilidad, ayudando a que la transición sea lo más ordenada posible». «Estamos frente a un Gobierno que no tiene plan ni rumbo», añadió.

Los conservadores continuaban este lunes de celebración tras aventajar en votos al oficialismo en los más importantes distritos del país, aunque por un margen muy estrecho en la decisiva provincia de Buenos Aires. Los comicios, que contaron con una participación del 71,67%, les otorgaron el triunfo en 12 de los 24 distritos en los que se renovaba la composición de la Cámara Baja y en seis de las ocho regiones que elegían miembros para el Senado.

La gran cuestión reside en qué estrategia seguirá ahora el presidente para recuperar la confianza tanto en el electorado como en sus propias filas. No en vano, la derrota en las primarias ya generó fuertes tensiones entre él y la exmandataria y hoy vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, lo que derivó en el cambio de varios ministros.