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anje ribera
Lunes, 2 de enero 2023, 19:38
Luiz Inácio Lula da Silva está convencido de que hay que recuperar en poco tiempo todo la regresión que ha sufrido Brasil durante la legislatura de Jair Bolsonaro. Ya ayer, nada más ser investido, revocó más de una decena de decretos firmados por su antecesor ... para acabar, entre otras cosas, con el secreto impuesto durante cien años a documentos e información de la administración pública, restablecer el funcionamiento del Fondo Amazonia para combatir la deforestación y la minería ilegal o suspender la emisión de nuevos permisos de tenencia de armas.
Además aprobó ayudas urgentes a las familias necesitadas, la exención de impuestos sobre los combustibles o la privatización a empresas públicas como la petrolera Petrobras o el servicio postal Correios. Todas medidas destinadas a solucionar los problemas internos de un país que cree necesario rescatar.
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Sin perder tiempo, este lunes emprendió la tarea de reconstruir las relaciones internacionales para poner a Brasil de nuevo en el escenario mundial tras el hermetismo de la era Bolsonaro, donde el territorio experimento un notable aislamiento de sus vecinos. Aprovechó la presencia de diecisiete presidentes y jefes de Estado con motivo de su toma de posesión para comenzar a dar los primeros pasos de su política exterior.
Lula espera obtener el apoyo internacional que cosechó en sus anteriores presidencias, entre 2003 y 2010, cuando el mundo se rindió ante un sindicalista procedente de la clase media y sin estudios que logró gobernar la mayor democracia de América Latina. En su momento, Lula fue el líder indudable de la región, con un papel dosificador entre las diferentes potencias y el auge de la tendencia izquierdista experimentado por el continente.
«Los ojos del mundo nos están mirando. Nuestro compromiso será con Mercosur y el resto de las naciones soberanas de la región. Tendremos un diálogo activo con Estados Unidos, la Unión Europea y China. Haremos más alianzas para tener más fuerza de ahora en adelante. Brasil tiene que ser dueño de su destino, tiene que ser un país soberano», aseguró durante su discurso de investidura ante el Congreso.
Para ello, estará obligado a deshacer mucho de lo que hizo Bolsonaro, quien no tuvo reparo en incluso atacar a China, que recibe el 27% de todas las exportaciones brasileñas. A la investidura de Lula no asistió Xi Jinping, fustigado por la complicada situación que viven a raíz del Covid-19, pero si acudió su vicepresidente, Wang Qisha.
El recién nombrado ministro de Exteriores, Mauro Vieira, anunció hoy que el presidente se preparaba para viajar a China y EE UU en sus primeros meses de Gobierno. La Casa Blanca ha recibido el regreso de Lula con cierta suspicacia, viendo que es un presidente de tendencia socialista que puede entablar lazos con Nicolás Maduro o el régimen cubano, por lo que decidió enviar una delegación de segunda línea.
Con la Unión Europea se espera la ratificación del acuerdo de libre comercio con Mercosur firmado en 2019 y también se prevé que Lula recupere el liderazgo en América Latina.
Por otra parte, los 37 ministros que integrarán el Gobierno de Lula asumieron hoy sus cargos. Bajo el lema 'Unión y reconstrucción', deberán recuperar el país del «abismo» en el que, según el presidente, quedó sumido tras el paso de Bolsonaro. El hombre fuerte de la economía será Fernando Haddad, ministro de Hacienda; en tanto que al frente del departamento de Relaciones Exteriores estará Mauro Vieira, veterano diplomático de carrera, que ya fue canciller entre 2014 y 2016 en la gestión de Dilma Rousseff. En el gabinete habrá 11 mujeres y dirigentes políticos de 9 partidos de un amplio espectro.
Lula y el rey de España, Felipe VI, se entrevistaron este lunes en la primera jornada de trabajo del nuevo presidente brasileño. «Recibí ahora el saludo del rey Felipe VI, de España, que vino a Brasil para acompañar nuestra toma de posesión. Conversamos sobre las relaciones Brasil-España, Europa y América Latina», expresó el gobernante del país sudamericano en un escueto mensaje divulgado en sus redes sociales.
En la reunión con don Felipe, que tuvo lugar en el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería, también participaron la vicepresidenta española, Yolanda Díaz, y el ministro de Asuntos Exteriores del país europeo, José Manuel Albares.
Antes de la investidura, el monarca español dijo, en un encuentro con miembros de la comunidad española en la región, que espera que «Brasil tenga un papel internacional muy activo». Por su parte, Albares indicó que «Lula tiene una agenda muy compatible con la del Gobierno de España», basada en «la igualdad social, la justicia social, la defensa del Medio Ambiente y la creencia en el multilateralismo».
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