Secciones
Servicios
Destacamos
dagoberto escorcia
Domingo, 5 de diciembre 2021, 21:20
Pedro Castillo fue elegido presidente de Perú el pasado 6 de junio. Apenas seis meses después afronta la posibilidad de ser sometido a una figura legal que la Constitución del país andino reconoce con el nombre de vacancia, que viene a ser lo más parecido ... a un 'impeachment' o juicio político a su gestión al frente del Gobierno, y que fuentes cercanas al mandatario califican de un intento de golpe de Estado organizado por partidos políticos de la derecha que todavía no han aceptado la llegada al poder de un profesor rural de clara tendencia izquierdista.
El 28 de julio, el día que Perú celebraba su bicentenario, en el nombre de Dios, su familia y Perú entero, Castillo lo prometió todo en la toma de posesión del cargo para el que fue elegido por un período de cinco años. «No los defraudaré. Es el tiempo de la reconstrucción nacional», dijo al pueblo que lo había elegido en lugar de Keiko Fujimori, la candidata rival que representaba las fuerzas opuestas a la ideología del ganador.
En seis meses en el poder, Castillo ha vivido como un entrenador de fútbol que en cada alineación y en cada partido se juega su futuro. Desde la llegada al palacio presidencial no ha tenido un minuto de tregua. Cada decisión ha sido cuestionada. Su primer gabinete nació bajo sospecha. Pronto tuvo que invitar a dimitir a su primer ministro, Guido Bellido. Los posteriores cambios tampoco han tenido aceptación. Tanto por parte de sus opositores como de sus partidarios.
Llegó como un duro izquierdista, pero ahora algunos ven una inclinación a la derecha. Dijo que iba a luchar contra la corrupción, pero resulta que su secretario general, Bruno Pacheco, tuvo que dimitir acusado de tráfico de influencias y después de que agentes del ministerio público encontraran en el baño de su oficina, en el palacio presidencial, 20.000 dólares, que justificó como dinero ahorrado y producto de su salario.
A Castillo, sus opositores lo acusan de no tener un ministro solvente, de nombrar neosenderistas y de influir en nombramientos de militares para subordinar a las Fuerzas Armadas. Castillo es criticado también por despachar en una casa particular y no en la oficina de presidencia, y no, precisamente, con personas limpias de investigaciones fiscales o lavado de dinero.
Toda esta política de choque ha debilitado y llevado contra las cuerdas a un Gobierno que emergió desde la inestabilidad de un país que en cinco años ha tenido otros tantos presidentes, y que a los tres meses de estar en el poder tuvo que someterse a un voto de confianza, que superó por doce votos.
En vista de la situación y de la convocatoria de la moción de vacancia para mañana, propuesta por la tercera vicepresidenta del Congreso, Patricia Chirinos, del partido Avanza País, Castillo ha intentado dialogar con los líderes de los partidos políticos. Los de Renovación Popular, Fuerza Popular y Avanza País han rechazado cualquier contacto. El objetivo no era otro que el de intentar construir consensos para evitar la inestabilidad política antes que el Parlamento vote por admitir la moción. Para aceptarla a trámite se requieren 32 votos del pleno, pero para que salga adelante son necesarios dos tercios de la asamblea, 87 votos de los 130 escaños.
Acusado de haber sido torpe en alguno de sus actos, lo cierto es que Castillo ha retado a la oposición y a las autoridades pertinentes a demostrar con pruebas todas las imputaciones reveladas. En este sentido la también vicepresidenta del Congreso, Lady Camones, declaró que la moción de vacancia es un ejercicio de control al jefe de Estado, que debe acudir al Congreso a rendir cuentas a raíz de los cuestionamientos de su gestión. «El presidente debe tener las herramientas y el sustento para poder desvirtuar cada una de las imputaciones que se le hacen», manifestó Camones.
En sus primeros seis meses como presidente, Castillo ha dedicado gran parte de su tiempo a cumplir uno de sus lemas de campaña que hablaba de que un Gobierno del pueblo debe estar donde su pueblo más lo necesite. El terremoto de 7,5 grados sufrido el pasado día 2 lo llevó a visitar las zonas afectadas del Amazonas, Cajamarca, Loreto y San Martín. También en noviembre inauguró un proyecto eólico para producir energía eléctrica a partir de fuentes renovables en la sierra peruana que beneficiará a 38 localidades. Y ha podido presentar el presupuesto del próximo año, 197.000 millones de soles destinados básicamente a la salud, educación, promoción de empleo y productividad, agricultura y alivio a la pobreza.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
25 artistas para descubrir y disfrutar en 2025
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.