La Covid-19 desarbola a Bolsonaro: nueve gobernadores contagiados

La situación en Brasil es tan dramática que la gente tiene miedo del virus y de la actitud del presidente por la falta de medidas estrictas contra la pandemia. Así lo menciona el profesor e investigador de la Universidad Estatal de Oeste de Paraná, Gilberto Calil, quien comenta, además, que Bolsonaro está trabajando desde el palacio de gobierno y mantiene las reuniones «on line».

El investigador añade que la situación en el país latinoamericano es mucho peor de lo que se presenta en las cifras oficiales, porque no hay una «política que pretenda disminuir radicalmente la pandemia». Algunos gobiernos regionales afines a Bolsonaro, apunta el investigador, están proporcionando «kits que contienen fármacos como la azitromicina o la cloroquina, supuestamente para la prevención del Covid-19», aunque estos medicamentos no tienen ninguna garantía científica. Esas medidas «que no tienen ninguna utilidad real» y la actitud de Bolsonaro generan una «falsa sensación de seguridad» en algunos ciudadanos, señala Calil.

No obstate, según una investigación nacional dirigida por el profesor brasileño, un 60% de la población está en desacuerdo con las escasas medidas contra el coronavirus por parte del Gobierno brasileño, pero de ese porcentaje, solo un 20% puede tomar medidas de prevención por su cuenta, porque el trabajo sigue siendo obligatorio y la mayoría de personas no se pueden confinar sin el respaldo gubernamental, porque tienen que trabajar para poder comer.

«No me parece que esta sea una situación que haya que subestimar como para que no haya ningún tipo de contención efectiva contra el coronavirus. Ahora Brasil es el pàís con menor número de recuperados del mundo», menciona Calil, con extrema preocupación por el crecimiento alarmante de casos positivos.

En Brasil las medidas de confinamiento dependen de los gobernadores de cada Estado. El comunicador brasileño Leo Malgalhaes vive en Sao Paulo y tuvo coronavirus en abril. Cuenta que fue afortunado porque en esos momentos todavía estaba el exministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, y fue atendido por la sanidad pública, gracias a las medidas impuestas en ese entonces.

«Mandetta desobedeció a Bolsonaro e hizo lo que pudo para garantizar un sistema que atienda a quienes nos contagiamos de Covid-19», señala Leo. Pero las cosas han cambiado desde que el presidente le echó y puso a un militar sin experiencia en sanidad como ministro interino. Según dicho comunicador brasileño, en el Estado de Sao Paulo se mantienen ciertas restricciones impuestas por el Gobierno regional, que para él «siguen siendo insuficientes» pero han logrado evitar el colapso de los hospitales. Desde hace dos semanas les multan por no portar la mascarilla y, según resalta, eso es gracias a que el gobernador, Agripino da Costa Doria, «tomó distanciamiento de Bolsonaro». Otros Estados del país también mantienen una cuarentena parcial, pero el profesor Calil insiste en que las medidas son insuficientes. Y es que considera que debería haber una medida así dirigida desde el Gobierno central. Incluso según el diario New York Times, desde abril varios gobernadores brasileños han omitido los señalamientos del presidente Bolsonaro, quien ha calificado al coronavirus como una «gripecita miserable».