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MARCELA VALENTE
Corresponsal. Buenos Aires
Jueves, 21 de febrero 2019, 02:57
En un ambiente de fuerte tensión política por disputas dentro del Gobierno, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, presentó ante el Congreso su proyecto de reforma de las pensiones, una transformación clave para equilibrar las cuentas públicas y atraer inversiones. La propuesta, que ... tendrá un trámite de varios meses y que requiere de mayorías especiales en ambas cámaras para su aprobación, será una prueba de fuego para la estabilidad del Ejecutivo derechista.
La reforma prevé una edad mínima de retiro -ahora no la hay- de 62 años para mujeres y de 65 para hombres. Sólo se exige una cantidad de años de cotización. Si la propuesta se aprueba, para retirarse con el 100% de prestación habrá que contribuir durante 40 años y tener la edad mínima. Los militares, privilegiados del sistema de pensiones, quedan fuera de la discusión y serán objeto de una ley complementaria.
Crisis y preocupación. El primer ministro en salir del Gobierno asegura que no lo echó el mandatario sino su hijo Carlos
«Brasil precisa salir de esta situación crítica», advirtió Bolsonaro al entregar el proyecto a las autoridades del legislativo. El mandatario reconoció como un error sus votaciones en contra de anteriores propuestas de reforma cuando él era diputado y consideró «importantísimo» que los legisladores «perfeccionen» la iniciativa del Ejecutivo con sus aportes. Se trata de «una responsabilidad de todos», les dijo.
Según el ministro de Hacienda, Paulo Guedes, la transformación del sistema de pensiones, deficitario desde 1997, permitirá un ahorro equivalente a 240.000 millones de euros en diez años. Entre los capítulos más controvertidos está la idea de subir de 60 a 70 años la edad de acceso a la jubilación para los más pobres que no cotizaron por estar fuera del sistema laboral formal. También generó polémica la reducción en las pensiones por viudedad u orfandad.
Para ser aprobada, la reforma requiere un largo trámite y amplios consensos, al tratarse de una enmienda constitucional. El proyecto se discutirá en diversas comisiones de la Cámara de Diputados antes de llegar al pleno. Y requiere de dos ruedas de aprobación de tres quintos de los parlamentarios. En el Senado será sometido a un proceso similar.
El vicepresidente, Hamilton Mourao, advirtió de que de 308 diputados que se necesitan para la aprobación cuentan de momento con 250. El oficialismo deberá esforzarse para alcanzar el necesario consenso en momentos en que el Gobierno, que asumió hace apenas 50 días, arde por una crisis autoprovocada.
El ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gustavo Bebianno, cayó el lunes después de cinco días de cruces y amenazas que desgastaron al Ejecutivo. Al irse, Bebianno filtró conversaciones con el presidente que mostraron que Bolsonaro mintió al decir que no había hablado con su ministro.
Durante la campaña, Bebianno fue presidente del PSL, el partido de Bolsonaro. Según una denuncia que investiga la Policía Federal, en ese período se desviaron recursos mediante la financiación de listas ficticias. Bebianno intentó sortear las acusaciones aparentando que tenía la confianza del mandatario. Pero uno de los hijos de Bolsonaro, Carlos, lo tildó de «mentiroso» y el presidente también negó haberse comunicado con él. Bebianno aseguró que quien lo echó no fue el mandatario sino su hijo Carlos, concejal de Río de Janeiro pero con una influencia en el Ejecutivo que preocupa al entorno presidencial.
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