La Unión Africana considera crímenes de guerra la matanza de civiles en Burkina

Burkina celebrará tres días de luto decretados por el presidente Roch Marc Christian Kaboré, quien pidió a la nación mantenerse unida «contra las fuerzas del mal», sin identificar en ningún momento s a los autores de la mayor matanza ocurrida en el país desde 2015. Al menos 40 personas resultaron heridas y decenas de casas fueron también incendiadas. Los fallecidos han sido enterrados en fosas comunes y miles de habitantes han abandonado sus poblados en busca del refugio de las ciudades más pobladas o con mayor presencia militar.

La masacre, perpetrada en la madrugada del sábado, se consumó en dos fases. En la primera, los insurgentes atacaron a la milicia antiyihadista Voluntarios para la Defensa de la Patria, una polémica brigada creada por el Gobierno para ejercer labores de seguridad e información, pero que las ONG denuncian por llevar a cabo ejecuciones sumarias contra civiles que consideran sospechosos.

A continuación los terroristas dispararon «a ciegas» a los vecinos que encontraron a su paso o allanaron las casas para acribillar a sus moradores. Se da la circunstancia de que este domingo, mientras las víctimas eran enterradas, tuvo lugar un segundo asalto por parte de unos doscientos individuos armados, que se llevaron ganado y alimentos.

Moussa Faki Mahamat llamó a la comunidad internacional a tener una «rápida y enérgica reacción contra los terroristas en Burkina Faso y en toda la región del Sahel». Un llamamiento que coincidió con la «contundente condena» del secretario general de la ONU, António Guterres, por «este atroz ataque». El dirigente de Naciones Unidos, a través de su portavoz, destacó «la necesidad urgente de que la comunidad internacional redoble su apoyo a los Estados miembro en la lucha contra el extremismo violento y su inaceptable coste humano». Las condenas se extendieron también a la UE y al Vaticano, donde el papa Francisco subrayó que «África necesita paz y no violencia».

Solhan se encuentra en el triángulo más inestable del territorio, una región que comparte frontera con Níger y Mali donde los asaltos son continuos. No sólo por parte de los terroristas, sino por grupos de bandidos y ladrónes de ganado donde el yihadismo ha logrado infilitrarse para sembrar el caos y el terror entre los civiles mientras busca fundar un Estado islámico. Entre el jueves y este domingo, más de cien personas han sido asesinadas en esos países en dos ataques armados.