Reuters/EP
NAIROBI
Martes, 18 de diciembre 2018, 10:20
Las niñas de Kenia están siendo trasladadas a la frontera con países como Uganda, Tanzania, Somalia y Etiopía para ser sometidas a la mutilación genital femenina (MGF) en un intento por evitar las medidas tomadas contra la práctica tradicional en su país, según han ... informado este lunes activistas.
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Kenia criminalizó la MGF en 2011 con un castigo mínimo de tres años de prisión y una multa de 2.000 dólares. Sin embargo, según los activistas, la práctica persiste a medida que las comunidades descubre nuevas formas para evadir las leyes.
«La MGF transfronteriza se está convirtiendo en una tendencia creciente en las zonas en las que trabajamos a lo largo de la frontera de Kenia con Uganda y Tanzania, especialmente en diciembre durante las vacaciones escolares«, ha afirmado Agnes Kola, coordinadora de derechos de las mujeres para ActionAid Kenia.
«Todo es muy secreto, pero cuando tenemos reuniones con la comunidad, nos informan de tales casos y lo vemos como un desafío emergente para nuestros programas anti-MGF«, ha aseverado.
Kola ha indicado que no hay datos disponibles sobre el número de niñas en Kenia que viajan a países vecinos para que se les realice la MGF, ya que la mayoría de ellas lo han hecho bajo tierra y es una nueva tendencia.
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Se estima que alrededor de 200 millones de mujeres y niñas de todo el mundo han sufrido la MGF, que normalmente implica la eliminación parcial o total de los genitales externos, según Naciones Unidas.
La MGF prevalece en partes de África, Asia y Oriente Próximo, donde es considerada como algo necesario para la aceptación social y para aumentar las perspectivas de matrimonio de las niñas.
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Normalmente se realiza mediante cortadores tradicionales, a menudo con cuchillas o cuchillos sin esterilizar. En algunos casos, las niñas pueden sangrar hasta morir o fallecer por causa de infecciones. También puede causar condiciones dolorosas de por vida, como la fístula y complicaciones fatales durante el parto.
En Kenia, una de cada cinco mujeres y niñas de entre 15 y 49 años han sido sometidas a la MGF, según Naciones Unidas. Mientras algunos casos han sido llevados a los tribunales bajo la ley anti-MGF de Kenia, la implementación sigue siendo un desafío debido a la falta de recursos y las dificultades para llegar a zonas remotas.
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Los datos de la ONU muestran que en 2016 se presentaron 75 casos de MGF, pero de ellos tan solo 10 resultaron en una condena.
Según los activistas, la MGF transfronteriza se está produciendo en comunidades como Maasai, Pokot y Kuria, que se encuentran a lo largo de las fronteras oeste y suroeste de Kenia con Uganda y Tanzania.
«Cuando llega la temporada de cortes en vacaciones en diciembre, se ha vuelto muy fácil para los padres llevar a sus hijas a cruzar la frontera para la MGF», ha indicado Tony Mwebia de la campaña Men End FGM.
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«Nadie va a sospechar nada. Las niñas vuelven y se quedan en casa después del procedimiento para recuperarse hasta que empiezan las clases. Ni las profesoras pueden detectar nada«, ha añadido.
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