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Un afectado por el terremoto carga con las mínimas pertenencias que ha encontrado entre los escombros de su casa. AFP
Marruecos entra en la hora crítica para hallar supervivientes

Marruecos entra en la hora crítica para hallar supervivientes

La ayuda internacional llega al país después de tres días de desesperación de las familias afectadas por el terremoto, que deja ya 2.497 muertos y 2.476 heridos

Mikel Ayestaran

Tafghatte

Lunes, 11 de septiembre 2023, 13:42

La ayuda internacional llega a Marruecos mientras los supervivientes intentan salvar a sus seres queridos de entre los escombros. Lo hacen con sus propias manos, porque no hay equipos de rescate suficientes para tanto desastre y carecen de herramientas de ningún tipo. Han pasado 72 ... horas, es uno de los momentos críticos para poder rescatar gente con vida y el hedor de los cuerpos en descomposición es cada vez mayor.

La región se ha convertido en un inmenso cementerio. El Ministerio de Interior ha actualizado a mediodía de este lunes el trágico balance de víctimas, que asciende a 2.497 muertos y 2.476 heridos. De éstos, más de un millar se encuentran ingresados en hospitales en estado crítico. Lo peor es la práctica certeza de que están cifras continuarán en aumento. Los expertos tienen escasas esperanzas de encontrar sobrevivientes, dada la devastación sísmica y el tipo de construcción de las viviendas colapsadas, en las cuales resulta muy difícil encontrar 'zonas de vida', huecos oxigenados donde hayan logrado refugiarse los moradores. Asimismo, consideran que, después de 72 horas, las posibilidades de continuar con vida bajo los escombros es prácticamente nula.

La zona más golpeada por el seísmo es la provincia de Al Hauz, donde han perecido 1.400 personas. La región de Tarudant es la segunda con mayor afectación, ya que allí han perecido más de 760 personas. En realidad, la tragedia se ha cebado en las aldeas del Atlas. Se trata de poblaciones agrícolas pequeñas y esparcidas en la montaña. Lugares de muy difícil acceso ya que en muchos casos los caminos han quedado cortados por culpa de los desprendimientos de piedras.

Un grupo de voluntarios traslada el cuerpo de una víctima. AFP

Marruecos ha dado luz verde a la llegada de ayuda de España, Qatar, Emiratos Árabes y Reino Unido y la respuesta ha sido inmediata. Francia está a la espera de que Rabat autorice el despliegue de sus grupos de rescate. Mientras, ha anunciado que aportará cinco millones de euros alas ONG que prestan auxilio en el lugar. También Italia y Portugal aseguran tener todo listo para desplazarse a suelo marroquí.

De un modo u otro, los primeros equipos internacionales ya están aquí, ahora falta que lleguen a donde la gente más le necesita. El Gobierno se ha mantenido prudente y silencioso desde que se produjo el terremoto y ha publicado poca información oficial sobre los esfuerzos del rescate. La única información que proporcionan cada día es la de la actualización del número de víctimas. En redes sociales se repiten los mensajes para criticar la respuesta por considerarla lenta y descoordinada.

El Ministerio del Interior ha respondido a las quejas y al hecho de que, hasta el momento, haya aceptado sólo la ayuda de cuatro países con el argumento de que las autoridades están realizando una «evaluación precisa» de las necesidades posteriores a la catástrofe. El gabinete de crisis sopesa además el riesgo de una eventual «falta de coordinación» en las labores de auxilio que «podría ser contraproducente». No obstante, Rabat se muestra abierto a solicitar ayuda a otros países según avancen las operaciones en el terreno y surjan «necesidades específicas», lo que «permitiría aprovechar las ofertas de apoyo presentadas por otros países amigo».

Desesperación en las montañas

En las aldeas de montaña la desesperación es total. En Tafghatte, la primera aldea tras cruzar Amizmiz, al sur de Marrakech, «había unas 120 casas, todas habitadas. En estas 48 horas ya hemos enterrado a 80 personas y seguimos trabajando para sacar a vecinos entre los escombros», explica Hasan Elmashmoum. Esta imagen se repite pueblo tras pueblo. Mismos testimonios, misma impotencia. Se acumulan las comunidades rurales, como Sidi Bou Othman, Adassil o Tikht, que simplemente han desaparecido. Esta última censaba a un centenar de vecinos y 68 ya han sido enterrados este lunes.

La donación de sangre, en esta imagen en un hospital de Marrackech, se ha convertido en imprescindible para tratar de salvar a los heridos por el terremoto. EFE

La única ayuda que han recibido hasta el momento es la de familiares, amigos y grupos de voluntarios que se acercan con agua y víveres. Allegados de cientos de supervivientes se las han arreglado para hacerles llegar mantas o cajas de zumos. Todo es necesario en esta carrera por sobrevivir a la adversidad más absoluta. Muchos viven a la intemperie y piden tiendas y colchones para disponer de un refugio. El miedo a guarecerse bajo techo o a regresar a casa, en aquellos casos donde aún quedan inmuebles en pie, atenaza a miles de vecinos que pasan al raso la madrugada. Temen que nuevos temblores o las inquietantes grietas que recorren los muros, señal de su inestabilidad, acaben la tragedia que no consiguió consumar el terremto. «La gente sigue bajo tierra, aplastada por los escombros», cuenta un joven de Douar Tafkaghat, en la provincia de Al Haouz, al medio 'Al-Youm 24'. «Al menos siete personas murieron en cada casa , e incluso en los hogares donde la gente se ha salvado, todo ha quedado destruido» .

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