El G7 «jamás» aceptará el cambio de fronteras en Ucrania que quiere imponer Rusia

El documento subraya que los siete países del grupo «mantendrán en pie su respaldo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania, incluida Crimea, y todos los demás estados» y afirma que, de ser necesario, las naciones del G7 continuarán suministrando durante años armas y otros equipamientos militares al país agredido. «Mantendremos el tiempo que sea necesario muestra actual ayuda militar y de defensa para Ucrania», advierten los firmantes de la declaración, en la que se subraya que no hubo provocación de Ucrania en esta nueva invasión de su territorio, injustificable y llevada a cabo contra el derecho internacional.

Tras destacar que Ucrania tiene derecho a defenderse, los jefes de las diplomacias del G7 critican con suma dureza a las autoridades de la vecina Bielorrusia por su papel en el conflicto. El régimen de Alexander Lukaschenko «debe dejar de posibilitar la agresión rusa y cumplir con sus compromisos internacionales», señalan los ministros. Este viernes y sábado los responsables de Exteriores de Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia, así como de la Unión Europea, analizaron el desarrollo de la guerra de Rusia contra Ucrania y sus consecuencias globales. A la cita acudieron también durante la primera jornada su colega de Ucrania, Dmytro Kuleba, y la vecina Moldavia, Nicu Popescu.

La jefa de la diplomacia alemana acusó a Rusia al término de la reunión de llevar a cabo también una «guerra del grano» con el saqueo de los silos y almacenes ucranianos. El gobierno de Moscú intenta intencionadamente de extender la guerra de Ucrania al resto del mundo, sobre todo en África, señaló Baerbock, para quien el hecho de que Rusia bloquee además los puertos ucranianos para impedir la exportación de cereales no es un daño colateral. «No seamos ingenuos», dijo la ministra ecologista, que acusó a Rusia de estar alimentando el caldo de cultivo para debilitar la cohesión internacional. El G7 advierte por ello de los efectos masivos del conflicto en regiones de África y Oriente Medio.

Unos 43 millones de personas en esas zonas se ven amenazadas de hambruna, denunciaron los países del G7, que exigen del régimen del presidente ruso, Vladimir Putin, que desbloquee las exportaciones de cereales ucranianos como primer paso y deje de utilizar la amenaza de hambre en el mundo como un arma de guerra. La guerra sin motivos contra Ucrania no ha hecho sino empeorar las perspectivas económicas globales con fuertes aumentos de los precios de los alimentos, el combustible y la energía, constataron los ministros de Exteriores del G7.