Es un hecho que la covid ha planteado nuevos escenarios de trabajo. Las empresas han tenido que reinventarse con nuevos modelos de negocio para sobrevivir, dando así buena muestra de su resiliencia corporativa. Han adoptado nuevas herramientas y prácticas de colaboración virtual, que han mejorado ... su productividad y han transformado su cultura. Ayer, tres voces autorizadas debatieron sobre esos nuevos escenarios de trabajo, en GRUPO 20, el laboratorio de ideas de El Norte de Castilla y 15 de las empresas más importantes de la región. Como ponente principal intervino Lorenzo Amor. Él es uno de los padres del Estatuto del Trabajador Autónomo. Este cordobés, sabe bien lo que es trabajar por su cuenta, ya que es autónomo desde 1987 y agente comercial de profesión. Preside la Federación Nacional de Organizaciones de Autónomos (ATA). Le acompañaron en esta charla la vallisoletana Patricia Sanz, directora técnica del programa de emprendimiento TIMMIS y presidenta y fundadora de Exportun; y el palentino Javier Cantera, doctor en psicología y licenciado en derecho, presidente de la consultora Auren Blc y de la Fundación Personas y Empresas.
Lorenzo Amor señaló que ha echado de menos en esta pandemia un libro de instrucciones. Una falta que, según él, ha obligado al ámbito empresarial, al laboral y a la sociedad a adaptarse al confinamiento, a la nueva normalidad y a la segunda ola del virus. Este experimentado autónomo no concibe que se pueda legislar o plantear cambios en el ámbito laboral y empresarial teniendo solo en cuenta la pandemia. «Hay reformas que son coyunturales y otras que han ser estructurales, entre otras cosas, porque el mercado, la sociedad y el emprendimiento han sido los que nos han ido enseñando hacia dónde tienen que ir las nuevas formas de trabajo y los modelos productivos», apuntó.
«Creo que en el futuro cada vez veremos menos empleados trabajando para una sola empresa»
Para él, esta nueva situación, que es coyuntural, ha venido para quedarse y ello conlleva que «sea necesario plantearse las reformas para permitirnos que eso que hemos vivido de forma coyuntural, se adapte a una forma estructural». Auguró que en los próximos años seguirán proliferando «formas de trabajo no convencional», y que la digitalización contribuirá a que las relaciones laborales cambien de forma importante. «Creo que cada vez veremos menos empleados trabajando para una sola empresa», opinó. «Vamos a ver un tejido productivo que, por necesidad, cada vez va a estar más digitalizado y, sobre todo, aquellos sectores que hasta ahora apartaban la digitalización porque consideraban que no era necesaria en sus negocios».
En cuanto al teletrabajo, señaló dos vertientes. «Para muchos ha sido una pesadilla y para otros, una forma de mantener su actividad y seguir prestando sus servicios a sus trabajadores, a sus clientes y a la sociedad en general. El teletrabajo ha venido para quedarse, pero no pensemos que la situación actual que estamos viviendo en el teletrabajo es la que vamos a tener mañana».
La proliferación del trabajo en remoto por parte de los autónomos ha provocado que «el centro de muchas ciudades se haya desertizado, lo que ha derivado en una inmensa caída de la economía, del comercio y en general del consumo. Yo no creo que siga ocurriendo esto tras la pandemia. Estoy convencido de que la inmensa mayoría de los trabajadores volverán a sus centros de actividad, eso sí, con unas condiciones de organización del trabajo diferentes a las de ahora», puntualizó.
«Mercado, sociedad y emprendimiento nos han ido enseñando hacia dónde tienen que ir las nuevas formas de trabajo y los modelos productivos»
Otra consecuencia es que «veremos una hostelería cerrada a las nueve de la noche, lo que provocará una nueva organización del trabajo, de la vida y de la conciliación. Los horarios laborales serán otros y ese también será un cambio que viene para quedarse. Vamos a ver un profundo cambio en lo que se refiere a la organización del trabajo, a los tiempos del trabajo y a la racionalización de horarios».
Lorenzo Amor señaló que se van a producir nuevas formas de relaciones laborales e incluso de relaciones mercantiles. «Quien habla de cambiar el modelo productivo en base a un boletín oficial, no tiene ni idea de cómo se mueve el emprendimiento y el modelo empresarial», apuntó.
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