Victoria Abril, contra las vacunas: «Estamos siendo usados como cobayas»

La actriz fetiche de Pedro Almodovar y Vicente Aranda empezó alabando las medidas adoptadas en España contra la pandemia en contraposición a las tomadas en Francia: «Macron dicta decretazos para quitarnos todas las libertades fundamentales», lamentó. «Desde hace un año no vamos a restaurantes, cines, discotecas, teatros…». Su hartazgo ha hecho que aproveche la concesión del Feroz para quedarse a vivir en Málaga, donde creció. «La distanciación social ha provocado que las familias y las amistades se rompan», alegó. «Mi hijo pequeño vive en París y lo he visto tres veces el año pasado. No viene a verme porque tiene miedo a contagiarme el virus; pues pásamelo, le digo, que yo tomo prevención cada invierno y no agarro la gripe ni nada. Mi madre está en una residencia en Madrid y la he visto dos veces en este tiempo». Según Victoria Abril, las vacunas no se han testado y en países como Reino Unido están provocando más muertos.

«En Francia el covid no ha matado ni al 5% de los muertos naturales cada año», descubrió ante el pasmo del alcalde de Alcobendas y de la presidenta de la Asociación de los Informadores de Cine, María Guerra, que dejó claro después en Twitter no compartir las opiniones de la premiada y trabajar por una cultura segura. «Tuvimos al hermanito del covid en 2002 y no se paró el mundo. Aquella vez no nos convertimos en esclavos y cobayas metiéndonos vacunas, que son experimentos sin probar que nos meten rapidito. No solo no están funcionando, sino que desde que nos estamos vacunando hay más casos positivos, más enfermos y más muertos. No sabemos nada de sus efectos secundarios. Si no puedes curar, al menos no hagamos daño. La solución es volver a la inmunidad colectiva, como ha hecho Suecia, que no ha confinado ni obligado a llevar mascarillas. Y si tengo que pasar por conspiracionista, paso».

Preguntada por este periódico si era consciente de la gravedad de una declaraciones que alientan tesis negacionistas, Victoria Abril insistió: «Llevamos un año de pandemia, ya no es como antes, que metían miedo por la tele contando los muertos. La única solución era la vacuna, y resulta que llega y no se ha probado antes en el ser humano. La están testando con nosotros. Y menos mal que no nos obligan a vacunarnos, aunque el pasaporte ya está puesto en la UE desde 2017. Esto no es una pandemia es una plandemia», zanjó. El alcalde de Alcobendas, el socialista Rafael Sánchez Acera, le corregía conciliador las afirmaciones, pero la actriz se mantenía en sus trece. «De momento, tenemos más muertos con vacuna que sin vacuna, cariño. Una cosa es lo que te diga la tele. Entra en el internet, métete en foros científicos y aprenderás unas cosas impresionantes».

Victoria Abril, que el año pasado entregó el Feroz de Honor a Pedro Almodóvar, reconoció que este «coronacirco» le había hecho recoger un galardón que hace dos años no quiso aceptar. «En Francia no vamos a bailar ni nos podemos reunir desde hace un año, el toque de queda es a las seis de la tarde; en España puedes salir y hay rodajes, conciertos, teatros…». El Feroz de Honor es «un salvavidas» que le ha llevado a quedarse en España tras terminar la serie 'Lisa' en Francia. El proyecto de serie que tenía previsto rodar con Los Javis, descubrió, se ha retrasado por el coronavirus. «No regresaré a Francia hasta que me devuelvan mis libertades», prometió una actriz cuyo único miedo, confesó, es «no poder trabajar».

«No tengo televisión, así evito que me cuenten los muertos cada día en este folletón», prosiguió la protagonista de 'Kika'. «Todo el dinero que nos ha dado la UE es lo que ganó Amazon en los dos primeros meses de la pandemia», cuantificó. «Necesitamos abrazarnos. Los daños colaterales de estas medidas sanitarias los vamos a pagar durante mucho tiempo». La Asociación de Informadores de Cine que otorga los Feroz ha emitido un comunicado en el que afirma estar «firmemente comprometidos con las medidas sanitarias impulsadas por las autoridades nacionales, autonómicas y locales para la lucha contra la covid-19». La ceremonia del próximo 2 de marzo, adelanta, «cumplirá escrupulosamente con el protocolo de seguridad sanitaria vigente, y la organización exigirá también a todos los asistentes su estricto cumplimiento».