Borrar
Las diez noticias imprescindibles de Burgos este martes 21 de enero
Carlos de Inglaterra.
La última cosecha de Carlos de Inglaterra

La última cosecha de Carlos de Inglaterra

El príncipe de Gales abandona después de tres décadas la explotación agrícola de Home Farm para centrarse de lleno en sus obligaciones reales

S. Rodríguez

Sábado, 3 de octubre 2020, 00:11

Carlos de Inglaterra cumplirá 72 años este noviembre. Fue un niño tímido y sensible, un adolescente mujeriego y curioso, un marido infiel y –siempre– el eterno aspirante al trono inglés. Es, además, un hombre de ideas fijas. Su relación con Camilla, por ejemplo, da buena ... prueba de ello. Para su fortuna, sus índices de popularidad no son los de hace años (de malos, se entiende). Y su biografía parece escrita por un guionista de telenovela de sobremesa. Su primera boda ya fue tardía, con una noble que hizo del tratamiento de Lady su propia marca y sello. Se casó con quien no quería, pero debía. Y las cosas acabaron como todo el mundo sabe. Lo que no se sabe, pero el tiempo se encargará de esclarecer, es si llegará a reinar como Carlos III o permitirá un salto generacional que inyecte en la monarquía británica savia nueva. Esta segunda opción cada día pierde más fuerza.

Tampoco parece estar muy claro que si accede al trono lo haga con su primer nombre de pila. Resultaría curioso que Carlos Felipe Arturo Jorge, con los cuatro nombres con los que fue bautizado, se decantara por otro. Pero ese rumor corre y se extiende desde hace años por los mentideros de la corte. ¿Y cuál sería el elegido? Dicen que con el de Jorge VII, en honor a su abuelo.

Sea como fuere, si reinara, lo haría sin una reina a su lado. Camilla Parker Bowles, con quien se casó en 2005 después de más de tres décadas de relación, sería llegado el caso princesa consorte del Reino Unido. «Esa es la intención de la duquesa de Cornualles cuando el príncipe de Gales acceda al trono», aseguró el pasado mes de marzo Clarence House, la residencia oficial de Carlos y Camilla, para desmentir así una información de un medio británico que apuntaba que la duquesa presionaba a su marido para que la hiciera reina. Para encontrar un tratamiento idéntico hay que retroceder varias décadas atrás, dado que fue el príncipe consorte Alberto, esposo de la reina Victoria, quien estrenó título a petición expresa de su esposa. El papel de Camila sería muy similar al del duque de Edimburgo. Pero ella sería princesa. De hecho, ya lo es. Como esposa del príncipe de Gales es legalmente princesa consorte de Gales, tratamiento que, sin embargo, no utiliza por deferencia a Lady Di.

Lo que parece obvio es que ese momento está cada vez más cercano. La reina Isabel II goza de muy buena salud. Pero tiene 94 años. Ojo, su madre falleció con 102. Y Carlos se prepara para ello, para colocarse la pesada corona –la Reina en alguna ocasión dijo que podría hasta partirte el cuello–. Lleva haciéndolo desde julio de 1958. No obstante, su renuncia a renovar el contrato de arrendamiento por otros veinte años de Home Farm, una finca de 300 hectáreas en la que desde hace décadas cultiva de forma orgánica, disparó todas las alarmas en los medios británicos este mes de agosto. La sucesión está aquí, vinieron a decir. No logran entender qué ha llevado a Carlos de Inglaterra, un enamorado del campo, a renunciar a una de sus pasiones que, dígase de paso, también le supone una buena vía de ingresos. Sus productos se comercializan bajo la marca Duchy Organics en supermercados de alta gama. Y el año pasado facturó más de 200 millones de euros.

Que no renueve el contrato para la explotación de esa enorme finca del condado de Gloucestershire, a dos horas en coche desde Londres, no quiere decir que se despida de Highgrove House, una casa de campo del siglo XVIII que adquirió en 1980, antes de casarse con Diana Spencer, y que ha convertido en el espejo de su alma. Allí se refugia, llegó a decir, del infierno arquitectónico en el que se ha convertido Londres.

Semillas de todo el mundo

En Highgrove House, donde pasó veranos con Lady Di y sus hijos y ahora con Camilla, Carlos construyó un pabellón para las colmenas de abejas, un corral para para gallinas y otro para ganado. Y en este tiempo, además, ha conseguido que su jardín sea uno de los más bellos del mundo. Como curiosidad, en una de las parcelas el príncipe de Gales hace plantar todos los años semillas de distintas partes del mundo. En este 2020 ha hecho mezclar dos especies distintas de flores de Transilvania, por lo que los visitantes pueden disfrutar de un bello campo de Rumaníaen suelo inglés. Porque sí, los jardines y la casa son visitables en determinadas épocas del año.

A pesar de desligarse de la explotación de Home Farm, Carlos de Inglaterra ya ha anunciado que tiene la firme intención de seguir involucrado en la agricultura económica. Lo hará en la finca de Sandringham, propiedad privada de la Familia Real ubicada en Norfolk, al norte de Londres. Disponer de una vasta granja de ovejas, sus animales favoritos, es el objetivo que se ha marcado. Allí es, en Sandringham, donde la reina Isabel y el duque de Edimburgo pasan la temporada navideña todos los años antes de regresar a Buckingham en febrero.

El príncipe de Gales mantendrá la explotación hasta abril de 2021. Ya se sabe que su hijo Guillermo no le tomará el relevo, ni tampoco nadie de la Familia Real. El nuevo terrateniente, eso sí, deberá mantener la agricultura ecológica que Carlos inició en 1986. Fue un pionero, aunque entonces se le tachó de caprichoso. Hoy, mientras él se dispone a afrontar nuevos retos y se despide de su última cosecha, su ejemplo se sigue en buena parte de las explotaciones de su país. Se ha dicho no pocas veces que, de no haber nacido con un destino marcado, Carlos hubiera sido granjero.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta La última cosecha de Carlos de Inglaterra