Joaquina Dueñas
Martes, 28 de febrero 2023, 10:26
Era la entrevista más esperada. Después de vivir casi en directo la separación y el divorcio de Shakira y de Gerard Piqué, sus canciones fueron el relato de su evolución emocional pero todavía no la habíamos escuchado hablando sin el parapeto del arte sobre lo ... que ha vivido en el último año. La artista colombiana ha concedido una entrevista al periodista mexicano Enrique Acevedo para el programa 'En Punto', donde ha asegurado que «he logrado sentir que yo soy suficiente, cosa que jamás pensé que podía pasar».
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La cantante ha desvelado una inesperada faceta de sí misma repleta de inseguridades. Con una carrera de tres décadas a su espalda cargada de éxitos, todavía alcanza a afirmar que sufre «levemente» el síndrome del impostor, aunque este proceso le ha servido para tener «más confianza en mí misma». Y es que su ruptura matrimonial ha sido para ella un punto de inflexión que la ha llevado a descubrirse como una persona más fuerte de lo que creía: «Siempre creí que era más bien frágil y es verdad que tengo un poco de todo, pero hay que tener fe en uno mismo».
«Imaginaba que a mi edad iba a estar en una finca criando pollos, ordeñando vacas, viendo crecer a mis hijos», ha descrito Shakira. Ese era su final feliz, pero la vida la enfrentó a una «situación inesperada» que la hizo pasar por meses complicados que ya ha logrado superar. «Cuando te toca enfrentar situaciones inesperadas es que no sabemos cómo vamos a reaccionar, no creemos en nuestra propia resiliencia», ha explicado.
«Creo que yo también compraba esa historia de que una mujer necesita un hombre para completarse. Tuve el sueño de tener una familia en la que los hijos contaran con un padre y una madre bajo el mismo techo», ha confesado, pero la vida le ha demostrado que «no todos los sueños se cumplen». Eso sí, siente que ha sido compensada: «No me sentía completa y ahora, paradójicamente, sí».
«Me creí esa fábula de que una mujer necesita un hombre, porque siempre he sido bastante dependiente emocionalmente de los hombres, tengo que confesarlo. Una enamorada del amor», ha dicho, pero esa «historieta, de alguna manera, he logrado entenderla desde otra perspectiva y sentir que yo me basto a mí misma hoy en día».
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La ruptura con el padre de sus hijos ha sido para ella un embate que la dejado «en el piso» durante mucho tiempo, y la música ha sido su refugio, su catarsis, su forma de superarlo. De hecho, Shakira ha afirmado que la 'Sesion 53' con Bizarrap fue «un antes y un después. «Lo contrario de depresión es expresión», ha afirmado. Y bien que lo ha cumplido.
«Siento que dependo de mí misma y tengo dos niños que dependen de mí, así que tengo que estar más fuerte que una leona. Esa fortaleza, para que sea verdadera y no sea una fachada tiene que ser el resultado de vivir un duelo, de aceptarlo, de tolerar la frustración de que la vida. A veces no sale como uno quiere, hay sueños que se rompen, hay que recoger los pedacitos del suelo y volverte a reconstruir», ha reflexionado.
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La colaboración con el argentino fue «una catarsis». «Estaría en un lugar muy distinto si no hubiera tenido esa canción, la posibilidad de expresarme, de pensar en el dolor», ha comentado, porque «entré al estudio de una forma y salí de otra». Ha sido para ella una «oportunidad de desahogarme y sí que fue un gran desahogo necesario, también para mi propia sanación, para mi propio proceso de recuperación».
«Me he dado cuenta de que las mujeres estamos en un momento clave para la sociedad. Estamos en un punto en el que el apoyo que podamos recibir uno de las otras es muy relevante, es importantísimo», ha destacado parafraseando a la que fuera secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright: «Hay un lugar reservado en el infierno para aquellas mujeres que no apoyan a otras». Esta ha sido la afirmación que se ha interpretado como un dardo directo hacia Clara Chía.
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Mucho más comedida que en la colaboración con Bizarrap, ha desnudado sus sentimientos, esta vez sin dar nombres, y ha hablado de «desamor», de «vacío» y de «decepción». Pero todo eso le ha servido para volver más fuerte y para descubrir quiénes son sus verdaderos amigos: «A las malas es cuando uno sabe con quién cuenta y con quién no», ha apuntado, y ahora está «lista para el próximo 'round'».
Un camino en el que sus dos hijos están siendo pilares fundamentales en lo personal y en lo profesional. De hecho, fue su hijo mayor, Milan, quien le introdujo en la música de Bizarrap. «Es fantástico poder vivir esto con mis hijos ahora. Ellos tienen una participación en mi carrera ahora bastante activa porque tienen buenas ideas y tienen mucho criterio», ha destacado orgullosa. «En el vídeo de 'Te felicito', Sasha, el menor, tuvo la idea del robot y Milan, lo del fuego verde, por ejemplo», ha recordado. «El arte gráfico de 'Monotonía' lo hizo Sasha en su ipad. Los niños tienen una sensibilidad especial y yo los escucho», ha explicado.
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Es más, tiene un mensaje de su primogénito en el que le pide a su mánager que su madre cante con el rapero argentino. «Mami, tienes que hacer algo con Bizarrap, que es el dios argentino», cuenta la cantante que le dijo. Una intervención clave que la ha llevado a batir varios récords en el mundo de la música. Con todo, normal que ahora sienta que va «de subida».
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