Sanna Marin, la política europea más valorada, luce escote

Para la sesión de fotos Sanna eligió un elegante blazer negro, pero sin ninguna blusa debajo, lo que muchos internautas consideraron «inapropiado» y pusieron en duda su credibilidad por el vestuario elegido.

Ante estos comentarios machistas, otros usuarios salieron en su defensa poniendo en marcha la campaña #ImWithSanna. A ella se sumaron muchas mujeres que subieron sus propias fotos posando con estilismos similares al de la primera ministra finlandesa, como muestra de protesta. Al tiempo, recordaron que, por ejemplo, el presidente ruso Vladímir Putin solía vender un calendario anual de fotos, donde se le podía ver practicando varios deportes con el torso desnudo, sin que ello generara ninguna campaña de desprestigio.

Sanna se convirtió en diciembre pasado en la tercera primera ministra de Finlandia, después de que su candidatura fuera aprobada en el Parlamento por 99 votos a favor y 70 en contra. Su interés por la política empezó cuando se afilió a las juventudes del SDP, partido de centro-izquierda, durante su época universitaria.

En los comicios de 2013, siendo una veinteañera, consiguió hacerse con la alcaldía de Tampere. En 2015 ya tenía un asiento en el Parlamento y en 2019 era ministra de Transportes. Procede de una familia de clase media y siempre ha dependido de ayudas estatales para sus estudios, que ha compaginado con empleos como repartidora de periódicos o cajera.

Sanna fue criada por su madre y la novia de esta y siempre se ha referido a ellas como su «familia arcoiris», abogando en sus políticas por la igualdad y los derechos humanos. Este verano, en medio de la pandemia, se casó con el exjugador de fútbol Markus Räikkönen en una ceremonia íntima celebrada en su casa, con apenas 40 invitados.

Ambos se conocieron a los 18 años y son pareja desde entonces. Tienen una hija en común, Emma Amalia, de dos años y medio. Los tres viven en Kaleva, un barrio de Tampere. Si de algo puede pecar esta política es de austera. Para la boda eligió el mismo vestido que usó dos años antes para la celebración del Día de la Independencia.

Su carácter y sus desplantes a Pedro Sanchez aumentaron su popularidad en círculos de la UE. Primero se opuso al proyecto de 'eurobonos' liderado por el Gobierno español y después le echó en cara que no estuviese dispuesto a cerrar un acuerdo europeo contra la covid salvo que todo el dinero fuese a fondo perdido.