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Rosa López. J. Irún

Rosa López confiesa sus mentiras para entrar en OT

La granadina llegó a asegurar que tocaba el piano y hablaba inglés, fue descubierta pero no la echaron

Joaquina Dueñas

Lunes, 21 de marzo 2022, 16:44

Rosa López ha sido la protagonista del último programa de 'Lo de Évole' en una entrevista en la que la granadina ha confesado algunas de las mentiras que contó durante el casting de Operación Triunfo, programa que cambió su vida radicalmente hace ya 20 años. ... Y es que, para empezar, aunque todos creíamos que era de Armilla, la cantante nació en Granada y allí es donde vivió toda su vida, en uno de los barrios más humildes de la capital, el polígono de Almanjáyar, que describió como «un barrio complicado». «Soy poligonera», dijo sobre sus orígenes.

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Tanto es así, que durante la visita que el programa de talentos hizo a Armilla para visitar su casa, Rosa estuvo en una habitación en la que nunca había vivido porque su familia se había trasladado a esa vivienda comenzados ya los castings. Pero esa no fue la única mentirijilla que dijo para poder participar en el concurso. Y es que, como sucede en muchas ocasiones, Rosa no dudó en inflar su currículo contando que tocaba el piano y que hablaba inglés. Algo que los responsables de selección no tardaron en descubrir que no era cierto, a pesar de lo cual la incluyeron entre los concursantes.

Y es que Rosa se convirtió en todo un ídolo de masas. Esa joven con una voz prodigiosa a la que le quedaba mucho por aprender pero que se atrevía con todo lo que le echaran conquistó los corazones de miles de fans. A pesar de eso, ella llegó a pensar que había conseguido ganar «por pena». «He tenido momentos de no querer verla y luego lo contrario», le dijo a Évole sobre aquella joven que apena salía del cascarón. «Tengo mucho que aprender de aquella Rosa… A pesar de esas inseguridades, era más segura de lo que ella creía. Para subir a un escenario y desnudarte entera desde dentro hay que tener muchos bemoles», continuó.

Uno de los momentos más emotivos llegó cuando recordó la separación de sus padres para entrar en el programa. Rosa no pudo evitar las lágrimas al revivir los sentimientos encontrados de aquella despedida. Y justo en ese instante, uno de los espejos del decorado repleto de bombillas encendidas a modo de camerino caía sobre ella. Un percance que quedó solo en un susto pero que preocupó a todos los miembros del equipo.

La vida de Rosa no ha sido fácil. Desde que siendo solo una niña acompañaba a sus padres a pedir la voluntad por cuidar los coches en los aparcamientos hasta la actualidad, cuando sigue buscándose la vida en el mundo de la música, ahora ya sin el paraguas de ninguna firma internacional, de manera independiente. Un tiempo en el que un programa de televisión puso su vida patas arriba y desató un fenómeno fan sobre su figura y la de sus compañeros que no fue fácil de gestionar. De hecho, Rosa pasó seis meses más viviendo en la academia después de que se apagaran las cámaras hasta su participación en Eurovisión. Apenas salía a la calle porque «era peligroso», tanto para ella como para los miembros de seguridad y para sus seguidores que no esperaban menos que un primer puesto en el concurso internacional. Por eso, durante años tuvo que soportar reproches sobre su séptimo lugar.

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